domingo, 23 de abril de 2017

Póngame una de telurio cristiano, por Paco Vega

Parece ser que el Reino de España vuelve a hacernos la cobra, una vez más, a pesar de los reiterados ronroneos del Gobierno Canario con el PP de Madrid desde que se marchó Paulino. No será la última. Ya lo hicieron recientemente con el petróleo en favor de su amigo Brufau. Pero son incontables las “zorrocloquerías” que venimos soportando los canarios desde hace siglos con la España peninsular, gobierne quien gobierne.

Recién estrenada la primera legislatura del PP, ganada con mayoría absoluta y con un ministro canario en el Gobierno de la nación, y precisamente bajo su tutela, tuvimos que soportar otro desprecio más con la vuelta al famoso “certificado de residencia” para viajar. Alegaban entonces no sé qué multimillonarias estafas por parte de algunas compañías aéreas con los dichosos descuentos de residente, por lo que durante un tiempo tuvimos que volver “la edad de piedra” teniendo que portar el dichoso certificado entre los dientes, cuando hoy en día con las tecnologías en vigor pueden saber hasta nuestra talla de calzoncillos (si se lo proponen). El caso es que muchos años después seguimos esperando la detención y procesamiento de los culpables de la famosa estafa y la consiguiente recuperación de lo supuestamente defraudado… Entretanto el Gobierno “nos coló” un nuevo programa informático multimillonario que iba a ejercer de policía perseguidor de los desmanes canarios… Y hasta ahora… Pa'habernos matao…


Luego vino lo de Repsol y sus prospecciones, a las que la sumisa cúpula empresarial, los medios de comunicación amigos y todo el PP en peso, acudieron a aplaudir los desmanes que tramaban a espaldas de los canarios. El gas también ha tenido lo suyo, con los mismos protagonistas aplaudiendo con las orejas la instalación de unas centrales que en la península estaban cerrando con multimillonarias pérdidas. Si, en la península se cerraban, en la que los sistemas de calefacción de combustibles fósiles están mucho más extendidos que aquí, por razones climatológicas evidentes. Ellos sabrán por qué.

Y luego andamos mendigando que nos permitan pescar unos kilos más de atún rojo en nuestras propias aguas con medios artesanales (1 pescador = 1 anzuelo), mientras se autorizan toneladas con artes de enmalle y arrastre en la península.

Y ahora viene lo del telurio, que parece ser que el Gobierno del Reino autoriza sin conocimiento del Gobierno Canario a una empresa británica. Dicen que han investigado y que cerquita de Canarias parece ser que hay un buen yacimiento del dichoso metal, que es un producto principal en la fabricación de las nuevas tecnologías. Ya algunos se han puesto a ver si hay negocio sin percatarse de que, en caso de haberlo, será para quien decida el Reino de España, como sucedió con el petróleo, al margen de disquisiciones territoriales, que también tienen lo suyo. Lo de las consecuencias medioambientales durante su posible extracción ni hablamos, no vaya a ser que se monte un guirigay como la otra vez. Lo que digamos los canarios les importa un bledo, que para eso somos súbditos obedientes y mansos.


¡OIGA! “que ya llueve sobre mojado” en Canarias con los desprecios consecutivos de la metrópoli. Pero a quien le puede extrañar, y es que nosotros solos “nos hacemos la picha un lio…” Es normal que el Reino Conquistador haga y deshaga con sus colonias lo que considere oportuno, como siempre ha sucedido. Por qué nos extrañamos entonces.

Pues eso… Póngame una de telurio cristiano, para ir asentando las madres…




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