Tranquilos,
hoy no voy a hablar de la Moción de Censura (o si…), porque
considero que esta semana ya hemos tenido bastante y ya habrán
editoriales, artículos y tertulias suficientes que exponen
extensamente de lo que a cada uno le conviene referido este tema, al
margen de la verdad… Y digo esto porque es evidente que en estas
batallas la primera víctima es la verdad, al igual que ocurre en las
guerras. Pero si quiero dar algunos consejos desde mi humilde
posición de “aprendiz de casi todo” en base a mi experiencia de
muchos años de seguimiento del acontecer político de este país.
Considero
que, a la vista de la cascada de casos de corrupción y la inacción
de un gobierno que no sólo “mira para otro lado”, sino que
dificulta o entorpece las investigaciones de los sospechosos de
corrupción dentro de su propio partido, sin contar recortes
sociales, laborales y libertades públicas contra las clases más
desfavorecidas de este país, la MOCIÓN DE CENSURA ESTABA MÁS QUE
JUSTIFICADA, al margen del resultado. El papel de los
dos diputados
de los partidos nacionalistas canarios, que podría haber sido digno,
ha terminado siendo vergonzoso, especialmente el de Ana Oramas, que
se mostró con una agresividad desmedida e innecesaria contra Pablo
Iglesias. Parece ser que a la Sra. Oramas y Coalición Canaria le
molesta más la moción de censura de Unidos Podemos contra el PP que
la propia corrupción del PP. Aunque bien pensado, probablemente
tenga mucho que ver la urgencia de Coalición Canaria en pactar
gobierno canario con el PP en las próximas fechas. En todo caso
llama la atención la beligerancia de la diputada canaria contra un
partido que no gobierna y que por lo tanto ningún daño ha podido
hacerle, al contrario que el PP, que primero con las prospecciones y
luego con los presupuestos no ha dejado de menospreciar a los
canarios mientras tuvo mayoría en el Congreso.
Por
ese motivo es tan importante que las personas que se asoman la
primera vez a la política, o que simplemente no entienden lo que
pasa en este convulso y contradictorio mundo político, respeten
algunas pautas para no perderse en este laberinto de intereses
cruzados. Es fundamental para ello que vayan formando su propia
opinión y no la opinión de los demás. Esto que parece una
evidencia, no es tan fácil de discernir ni se adquiere en dos días.
Los tertulianos televisivos y radiofónicos, o la prensa escrita, no
son inocentes ni están en posesión de la verdad absoluta,
obedeciendo en muchos casos a líneas editoriales, empresariales o
políticas que tienen sus propios intereses y que influyen
lógicamente en la opinión de los espectadores. Tampoco son
inocentes los informativos radiofónicos o televisivos, que unas
veces manipulando y otras ocultando la información, contribuyen a
levantar cortinas de humo o a teledirigir la opinión pública sobre
lo que en cada ocasión manda el interés empresarial y político (en
el caso de la privada), o del Gobierno de turno (en el caso de la
pública). Por eso es tan importante intentar, en la medida de lo
posible, acudir a la fuente de la información. Es decir, escuchar
las palabras exactas o el texto concreto del político de turno o del
debate en cuestión y tener así una opinión exacta del contenido,
el tono y la
intención de la idea, ley o proyecto, y luego
contrastar con otras opiniones. Lo contrario es dejarse llevar por
los opinadores de los diferentes medios, algo peligroso para la salud
de la objetividad. No quiere decir esto que los periodistas mientan,
pero entre las interpretaciones, inclinaciones y omisiones, gran
parte de la verdad y la razón suele quedarse por el camino, y no es
bueno quedarse sólo con la opinión de otros. Yo mismo tengo mis
inclinaciones como quedó evidenciado al comienzo del presente, sin
que por ello deje de intentar acercarme lo más posible a la deseable
objetividad.
Fíjense
si es importante la opinión y los medios en la difusión u
ocultación de los mensajes, que en Canarias, con los más altos
índices de paro y precariedad laboral, con las lista de espera más
larga en la sanidad, los índices más bajos en cuanto a resultados
educativos, la cesta de la compra más cara y la dependencia del
exterior que roza el 95%, dentro de unos días se fraguará un
gobierno compuesto por los mismos actores que nos han traído hasta
aquí, CC y PP. Claro que toda la culpa no la van a tener los medios…
La miopía de los ciudadanos que sólo tenemos ojos para el fútbol
también tiene mucho que ver.
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