Mi última colaboración con Antena Abierta de Radio Faycan
Desde mi primera publicación en los medios de comunicación, concretamente en el Diario sur de Málaga, allá por el año 1994 -entonces esporádicas- y de una forma más continuada en los últimos diez años en los digitales de esta tierra canaria, siempre he intentado mantener una línea independiente, alejada de partidismos y oportunismos políticos. Por supuesto no voy a decir la estupidez de que soy “de centro” (el centro político no existe y nunca existió), o que soy apolítico, otra incongruencia o ignorancia, cuando todo el mundo sabe que casi todo en esta vida es política. Pero nunca ha faltado en todo este tiempo quien quisiera arrimar “mi ascua” a su sardina política, a veces con chamuscados resultados. Lo único que quiero decir con todo esto es que no todos nos vendemos por un plato de lentejas o por un minuto de gloria, en el mejor de los casos. Que algunos ponemos el denostado y manoseado “interés general” por encima del nuestro particular, a pesar de los pesares. Y que “LOS PRINCIPIOS” no son sólo los comienzos, sino la norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.
Llevo
“zapatos de plomo”, no para ir despacio, sino porque me gusta
llevar los pies bien pegados al suelo, aunque sea propenso -en
determinadas ocasiones- a realizar castillos en el aire o lanzarme al
vacío desde las alturas. Cosas de los “discutidores de andar por
casa”, como me llamó en cierta ocasión un famoso artista, por
contradecirle en las redes sociales cuando me pareció que un
comentario suyo rozaba el racismo… Un artista al que yo admiraba y
sigo admirando, pero ahora sólo por sus canciones…
Pero
hoy quería hablarles de mi libro “Reflexiones al borde de un
café”, concretamente de la presentación que realicé el pasado
viernes día 14 en la Librería LER de Santa María de Guía, en la que
contra todo pronóstico me honraron con su presencia D. Pedro
Rodríguez y D. Ángel Ramos, Alcalde y Concejal de Hacienda
respectivamente del Ayuntamiento de Guía, además de familiares y
amigos a los que agradecí personalmente y de corazón su presencia
en un momento tan especial para mi.
No
quiero dejar pasar la oportunidad de reconocer públicamente “la
deportividad” del Sr. Alcalde, a quien yo he criticado con dureza
en múltiples ocasiones a lo largo de los últimos años, sin embargo
y a pesar de ello se presentó, departió con los presentes, con un
servidor y hasta se prestó a la foto de rigor para inmortalizar el
momento. Esa foto habrá dado mucho que hablar durante todos estos
días en el norte grancanario, ya que todos saben de mis críticas
públicas (que no privadas) cuando he tenido que hacerlas. En
ocasiones, con motivo de alguna actuación o decisión municipal
también hubo algún halago, aunque menos, todo hay que decirlo. Ya
me gustaría a mi que me diese más motivos para aplaudirlo. Lo hago
con cierta frecuencia cuando las políticas -incluso las de otros
municipios- lo merecen. Esto no quiere decir que no vaya a seguir
criticándole cuando tenga que hacerlo -y él lo sabe- pero éste ha
sido un gesto que le honra, y públicamente quiero reconocérselo,
como públicas son siempre las críticas que le hago.
Y
por por ser esta mi última intervención en este programa quiero
hablarles de otro tema. Quiero hablarles de la libertad de
expresión,
recogida en el artículo 20 de la tan manoseada Constitución
Española que dice:
-
Se reconocen y protegen los derechos:a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.c) A la libertad de cátedra.d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.
-
El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
-
La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.
-
Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
-
Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.
Por
tanto, el hecho de que determinados medios de comunicación, los que
sean, decidan hipotecar su presente y su futuro a cambio de “unas
monedas” no harán que este humilde servidor cambie de opinión ni
tuerza el gesto ante intereses espurios.
Esta
libertad de que ahora disfrutamos nos ha costado sangre, sudor y
lágrimas conseguirla, y aunque guiada o tutelada en ocasiones por
“determinados poderes” no democráticos es NUESTRA LIBERTAD.
Debemos por tanto luchar, a brazo partido si hiciera falta, para
conservarla, porque nada es eterno si no se protege y se cuida. Ahora
que observamos a determinados partidos que irrumpen en el panorama
nacional con intención de cercenar derechos y libertades ampliamente
arraigados en nuestra sociedad, amparándose en la ignorancia de unos
y la desesperación de otros, debemos poner pie en pared, aunque nos
aparten de “altavoces” públicos o privados, en donde
nunca pensamos ni pedimos estar. Si la sinceridad, la democracia y la
libertad está en juego algo habrá que hacer para reponerla,
señalando si hiciera falta a quien tiene la osadía de pisotearla en
beneficio personal.
La
democracia es LA DEMOCRACIA DE TODOS, la libertad NO ES sólo
LA LIBERTAD DE UNOS POCOS. Las reglas que nos hemos dado, imperfectas
y claramente mejorables, sólo son susceptibles de cambio para
mejorarlas, no para enterrarlas en otra dictadura, como siguen
enterrados miles de personas que un día lucharon por nuestra
libertad y que otros muchos aprovecharon para esquilmar, a ellos y a
sus familias. Este país y esta tierra debe abrir los ojos y desviar
la mirada, aunque sólo sea un momento, de los múltiples circos
instalados para nuestra distracción, con objeto de ser plenamente
conscientes de que los derechos y libertades que algunos quieren
arrebatarnos. Si la indolencia colectiva y la manipulación
informativa consigue hacerse fuerte en esta tierra estamos perdidos.
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