Este
pasado domingo día 02 de diciembre hemos visto en “cabeza ajena”
(Andalucía), lo que puede pasar en el resto de España si no nos
concienciamos de que la alargada mano del franquismo llega hasta
nuestros días. Siempre estuvo ahí, soterrada y bien disimulada,
pero siempre presente en los comportamientos de cierta clase
política; comentarios, formas y maneras de muchos funcionarios de
todas las administraciones y del personal civil que añoran las
viejas “ventajas” de aquel pasado franquista que para ellos o sus
familias significó pingues beneficios, una vida regalada o
simplemente por ignorancia supina de lo que supuso aquel régimen
devastador de crímenes y abusos, carente total de libertades.
Ejercitar
la memoria y contrastar las informaciones es un ejercicio
imprescindible para acercarse a la verdad después de deambular por
la dura selva de mentiras o medias verdades que circulan por los
medios y las redes.
Se
han creado “medios de comunicación” exprofeso para alimentar la
hoguera del fascismo y de las vanidades, varios de ellos
“casualmente” propiedad de la Iglesia Católica… Las redes
sociales se han inundado de panfletos intoxicadores con los mismos
vicios y venenos. Cada día debemos “luchar” contra trolls que,
agazapados tras perfiles falsos, se dedican a bombardear desde las
redes sociales a todo lo que suene a democracia, libertad e igualdad
entre los seres humanos.
Aprovechando
la coyuntura alguien ha decidido que el fascismo no estaba
suficientemente alimentado y que, como pasa en el resto de Europa, ya
era hora de sacar a un partido franquista (sin complejos), ahora que
las réplicas del “terremoto ultraderechista europeo” parecían
buenas vibraciones para las élites de este país, que
temen que una izquierda reforzada vuelva a reponer los derechos
cercenados durante la mal llamada CRISIS.
Ya
se empezó a alimentar artificialmente “el problema catalán” que
todavía muchos no se han enterado que no surgió el año pasado con
el simulacro de declaración de independencia, sino que viene de 10
años atrás, cuando se recogió firmas y se presentó recurso al
Tribunal Constitucional para botar al suelo el Estatuto Catalán, lo
que finalmente consiguieron, amparándose en unos artículos que
casualmente son idénticos a otros estatutos de varias autonomías
-copiados literalmente- y están plenamente vigentes y que nadie ha
osado recurrir. De ahí en adelante el número de independentistas ha
aumentado de forma exponencial. Es decir, se ha creado el caldo
propicio para el “A POR ELLOS”. Primero ha sido el crecimiento
espectacular de un partido catalán como Ciudadanos con un mensaje
abiertamente anticatalán -cosas del desatino político- y ahora la
irrupción, con 12 diputados en el Parlamento Andaluz, de un partido
abiertamente fascista de ultraderecha como VOX. Sorprende, para el
observador desapasionado, el derroche de medios propagandísticos y
electorales de un partido que hasta hace dos días no tenía
representación política de ningún tipo. Sorprende el poder de
movilización masiva a lugares de concentración como fue lo de
Vistalegre, con la asistencia de más de nueve mil personas, con
guaguas fletadadas desde toda España para acudir al evento… La
masiva presencia de este partido a nivel nacional, en todos los
medios de comunicación -en una CAMPAÑA AUTONÓMICA- especialmente
en los medios de la extrema derecha, no sale gratis ni se lo hacen a
cualquiera. Esto no es casualidad… Esto significa que “alguien”,
entre bastidores, está financiando la campaña a esta gente, ya
sabemos a cambio de qué… LA PREGUNTA ES QUIÉN… Quién teme
perder su estatus preferencial en este país.
Si
éstos llegan a tocar poder, el recorte de libertades será pavoroso.
Será la vuelta del franquismo en estado puro, sin golpe de estado
(quizás), pero con los mismos efectos devastadores para los
trabajadores y sus libertades. Sólo saldrán ganando los de siempre,
los poderosos, los grandes poderes económicos y financieros, que
ahora parece ser son “la mano que mece la cuna...” “Hay que
crear un Podemos de derechas” -decía un famoso banquero no hace
mucho- y apareció pletórico, multifinanciado y con saturación de
presencia en todos los telediarios y tertulias el partido de Albert
Rivera. Pero debió parecerles poco para atajar la debacle por
corrupción del PP y por consiguiente el descalabro de la derecha,
que han decidido ahora promocionar a un partido minoritario, que no
lo conocían ni en su casa a la hora de comer… Y ahora, gracias a
ese respaldo económico y publicitario multimillonario, poniendo en
marcha todos los hilos y tramoyas, visibilizan y engrandecen a un
partido con la peor imagen posible: racistas, misóginos, fascistas,
mentirosos y violentos, diciendo lo que la gente quiere oír y
culpando al “enemigo exterior”, siempre el enemigo exterior es el
culpable de todos los problemas, como lo hiciera el franquismo con el
comunismo.
Ya
pueden ponerse las pilas todos los que tengan el más mínimo
sentimiento progresista en sus políticas, enterrar de una buena vez
las cuchilladas traperas entre idénticos, reforzando lo que les une
y dejando para mejor ocasión lo que les separa, porque lo que se
avecina no es moco de pavo.
Y
a los trabajadores ya les vale ponerse a la tarea de la educación y
la información política, alejándose del amarillismo que tanto les
gusta consumir irreflexivamente. No está mal estar al tanto del
fútbol y otros deportes, pero cuando no se vive para otra cosa
estamos cavando nuestra propia tumba de ignorancia, y
de paso la de nuestros hijos.
Acaso a estas alturas
nadie se ha dado cuenta que poco a poco hemos pasado de tener fútbol
sólo los domingos a tenerlo todos los días. Que hay programas de
fútbol hasta cuando no hay liga ni competiciones oficiales… Que
aparte del multimillonario negocio de las televisiones y el
merchandising
es
un elemento fantástico de distracción. Ya saben aquello de “al
pueblo pan y circo”, pues eso… menos sofá y partido y más
formación. Si no lo hacemos por nosotros hagámoslo al menos por
nuestros hijos.
Lo
dicho, la mano del franquismo es muy alargada y llega hasta nuestros
días. No
es normal que Franco siga enterrado en un mausoleo en un país
supuestamente democrático. No es normal que el presidente Sánchez
se muestre tan timorato con una acción que tenía que haber tomado
Zapatero si no Felipe González hace mil años en un país
supuestamente democrático. Esto
no es una broma. O
lo combatimos con contundencia o lo acontecido en este país los
últimos cuarenta años nos va a parecer un mal chiste, terrorismo
incluido, comparado
con lo que se avecina.
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