martes, 9 de febrero de 2021

No todo vale en la corruptela de la desinformación, por Paco Vega

 

Los medios de comunicación no independientes -la mayoría- siempre fueron una gigantesca arma de manipulación masiva, por tal motivo la mayoría de ellos rema en favor de la derecha y del dinero, es decir del capitalismo salvaje. Para eso se compran medios de comunicación, directamente o a través de la publicidad. La clave está en la capacidad de influir sobre los ciudadanos y su voto, o su abstención como luego explicaré, unas veces por el adoctrinamiento intrínseco en sus contenidos y otras por la omisión de otros tantos. Es importante fijarse dónde ponen el foco determinados medios, porque la desnortada población entiende que sólo se habla de lo importante, y que por tanto se omite lo que no lo es… Nada más lejos de la realidad, pero funciona, ya lo creo que funciona.


Al mismo tiempo
y durante los últimos años, al ritmo de las manipulaciones mediáticas, ha ido surgiendo la misma manipulación en redes sociales, que alguna vez se pensó que no habría forma de “domesticarlas”, pero una vez más se equivocaron porque si, ya han dado con la fórmula. Han puesto a un ejercito de bots (perfiles falsos a sueldo), con múltiples perfiles cada uno, a defender unas ideas o personajes públicos y a atacar a otros hasta el punto de saturar las redes, intentando convencer a los incautos de que los mensajes lanzados son ampliamente compartidos por todos, dando así cumplimiento a uno de los principios de propaganda nazi de Joseph Goebbels, concretamente el Principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad. Lo observamos con claridad en los comentarios de los perfiles de los medios de comunicación en redes sociales, especialmente las referidas a la inmigración, en las que un ejército de perfiles falsos -de una determinada tendencia política- salen en tropel a vomitar odio contra los inmigrantes y todas las políticas que tiendan al lógico agasajo y atención. Hay que recordar que el problema lo tienen ellos, los inmigrantes, que han tenido que dejar sus países y familias en busca de una vida mejor, pero han conseguido dar la vuelta a la situación con el bombardeo mediático y en redes, haciendo ver que el problema lo tenemos nosotros. En este punto hay que decir que no, pero es que el Gobierno de la Nación tampoco está haciendo las cosas bien cuando se retiene a miles de inmigrantes -contra su voluntad- en un territorio ya de por si súper-poblado. Y no sólo en este punto, ya que también los más variopintos asuntos políticos o de salud, como la terrible pandemia que ahora sufrimos, son motivo de bombardeo por parte de estos francotiradores a sueldo en redes sociales.

Por si todo esto fuera poco ahora le toca el turno a los youtubers, que ya venían haciendo de las suyas con el mismo patrocinio que los medios. Los grandes poderes económicos, que se juegan muchos millones en todo esto si la izquierda sube enteros en representación y por tanto en poder, no desperdician las oportunidades que se puedan comprar con dinero, y en esas estamos... Ya lo vimos con el famoso médico granadino Spíriman, que empezó bien con sus reivindicaciones sanitarias, pero “sorpresivamente” comenzó a escorarse políticamente mientras se alejaba de la deontología profesional que se espera de todo buen médico, llegando incluso a pedir la abstención para las últimas elecciones. Los youtuber famosetes de ahora hacen lo mismo, piden la abstención, es de suponer que de cara a las elecciones catalanas ahora en liza, pero también les vale para ir creando opinión y haciendo adeptos entre la izquierda de cara a un futuro próximo. Y digo la izquierda porque es evidente que los votantes de derecha forman un bloque muy sólido y consolidado, aunque sólo sea por aquello de que “es más fácil engañar a alguien que convencerlo de que ha sido engañado”. No hace falta recordar que son ya interminables los casos de corrupción del PP que seguimos conociendo cada día, incluso de Vox, que apenas acaban de tocar poder en algunas instituciones (será por aquello de que parten del mismo tronco común), y sin embargo tienen un suelo sólido del que no bajan, traspasándose votos de unos a otros. También es cierto que la campaña de marketing de crear un “Podemos de derecha” (y de extrema derecha) con la finalidad de recoger los votos que pudieran caerse -por la corrupción- del cesto común de la derecha, está dando sus frutos.


Los nuevos youtubers, que llevan tiempo amasando seguidores, han tenido en estos días su especial protagonismo, debido a que se ha conocido que los de más éxito están trasladando su residencia a Andorra, para pagar menos impuestos, como si eso mismo no llevara años haciéndolo los grandes deportistas de banderita en pulsera y golpes de pecho, o la mayor parte de los empresarios más adinerados y grandes fortunas de este país. De todos es sabido que este “gentuallo” siempre intenta -con ingeniería fiscal- pagar lo menos posible, y cuando esto no les es posible trasladan su “residencia ficticia” a paraísos fiscales. Eso si, los golpes de pecho, las banderitas (en pulseras y ahora en máscaras) que no falten. Muy españoles y mucho españoles pero sus dineritos se los llevan al quinto de los infiernos para no pagar. Que paguen los pobres trabajadores que dependen nómina, que esos no se pueden escaquear. Sin embargo no se nombra a los grandes gerifaltes y fortunas que defraudan -o eluden- impuestos al fisco español.

Los citados youtubers cojean de derechas descaradamente pero piden la abstención, la pregunta es ¿por qué…? El motivo lo dejé antes medianamente claro, la derecha tiene un suelo de votantes sólido, que les van a votar siempre por mucho que roben, “aunque les vean salir del banco a la carrera, pegando tiros y largando los billetes por la calle”. Es evidente que entonces el frente de batalla se centra en “descalzar” a la izquierda, no sólo para que no suba, sino para que baje. Para ello trabajan por tierra mar y aire la dichosa abstención, haciendo creer a los incautos que con ella van a conseguir la solución de todos sus problemas. Para ello el gran capital no duda en “contratar” a los charlatanes más cualificados y de moda para hacer crecer esta tendencia que ya iniciara el famoso médico andaluz.



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