martes, 11 de julio de 2023

El diablo está en los detalles renovables, por Paco Vega

 

No me da la vida para todo lo que quiero saber y conocer. No me da la vida para profundizar en cada uno de los asuntos importantes que, más allá de fiestas, elecciones y otras distracciones, me preocupan. Y no me da la vida porque además me tienen “amordazado digitalmente” (estoy sin internet), asunto nada menor si tenemos en cuenta que son muy pocas las voces críticas que se atreven a denunciar públicamente las tropelías de políticos, grandes, medianos y pequeños, así como los enjuagues de las grandes corporaciones, casi siempre arropadas por los primeros.

El asunto en cuestión no es otro que las renovables -de las que siempre he sido y seré defensor- pero a las que lamentablemente siempre le crecen largos tentáculos de intereses económicos, siempre en complicidad con las administraciones públicas. Hace casi veinte años vivíamos en Canarias lo que se conoció como “el caso eólico”, una trama urdida desde la Dirección General de Industria y Energía del Gobierno Canario y que llenó cientos de portadas e implicados, casualmente con los mismos colores políticos que ahora toman nuevamente las instituciones canarias, después de las recientes elecciones autonómicas. Y aunque las trapisondas las ha habido con gobiernos de diferente signo político, miedo me da pensar lo que pueda acontecer en el futuro inmediato de Canarias respecto a las renovables. Ya vienen pintando bastos con los colores actuales, con la falta de un modelo de planificación energética

para Canarias y especialmente para Gran Canaria, o el incumplimiento de lo que quiera que sea el modelo actualmente en vigor que se lo saltan con el latiguillo del “Interés General”, que no es otro que el interés de unas pocas fortunas empeñadas en hacer su agosto con la menor inversión posible. De ahí los tendidos aéreos en vez de soterrados.

Ya está mal que sea la empresa privada la que marque el paso a la instalación de renovables, dónde y cuando lo estimen conveniente, sin que parezca que la administración haga algo más que de simple conseguidorde suculentos negocios, pasando por alto atropellos medioambientales como la invasión de torres y tendidos de alta tensión por toda la isla, primero con el proyecto de trazado Agaete-Guía y recientemente con el nuevo proyecto San Bartolomé-Telde, como si no hubiese bastante con la inmensa maraña de tendidos aéreos con los que hasta ahora han inundado barrancos, entornos rurales y parajes protegidos. La falta de un estudio pormenorizado sobre un más que necesario tránsito a las renovables, con la planificación de las imprescindibles “Plataformas Energéticas para Gran Canaria”, como demanda en sus informes -para la propia administración- el profesor Roque Calero, Doctor Ingeniero Industrial y Catedrático de Universidad de Las Palmas (les recomiendo encarecidamente la escucha, para no extenderme ahora en exceso, de la tertulia que en el programa Sin Ánimo de Incordiar -de Radio Las Palmas- mantuvieron el citado Roque Calero, la activista Rosario Correa y el propio director del programa Xavier Aparici el pasado día 27/12/2022, concretamente a partir del minuto 52 del programa). En dicha tertulia se pone sobre la mesa las múltiples carencias y soluciones para la correcta implantación de las renovables en Canarias, así como los declarados objetivos que en nada benefician a los canarios y si a estas multinacionales que vienen a adueñarse de los recursos energéticos de Canarias.

Se nos vende a los grancanarios el vacío eslogan de LA ECOISLA, pero nos ocultan los oscuros intereses que hay detrás de las renovables. Son “EL NUEVO PETRÓLEO” con el que pretenden hacerse ricos unos pocos. Estas líneas de alta tensión que ahora pretenden instalarse por toda la isla, despreciando paisajes y propiedades, además de la agresiva actuación del Proyecto Chira-Soria, con el destrozo proyectado, con su propia línea de alta tensión y su planta desaladora tiene un único nexo común, que no es otro que un MONSTRUOSO NEGOCIO MULTIMILLONARIO.

En este negocio importa poco lo medioambientalmente sostenible. En este negocio lo que importa es que ni un sólo megavatio generado deje de producir dinero, que todo lo generado se pueda almacenar en Chira-Soria o las centrales del mismo estilo que vendrán después, aunque sean una ruina energética y económica para los canarios. Ellos venderán todo lo que producen y ese es el objetivo, aunque luego no pueda aprovecharse ni el 50% de la producción. Y para terminar la cuadratura del círculo está el proyecto INTERMACAN, que pretende la interconexión eléctrica, mediante cable submarino, entre Canarias y Marruecos.Es el mercado amigo”..., que dijo un famoso exministro español que acabó con sus huesos en la cárcel.

¿Y qué se lleva Canarias de todo esto? La respuesta es NADA. Es todo un estupendo negocio para las grandes eléctricas, nacionales y extranjeras. Bueno si, nos quedamos con nuestras islas y nuestro mar llenos de parques eólicos sin orden ni concierto, además de amplias zonas agrícolas inundadas de paneles fotovoltaicos que conectarán con torres y líneas de alta tensión kilométricas por todas partes. El destrozo medioambiental está servido si no nos echamos a la calle para impedirlo. Después de la especulación urbanística llega la especulación energética. Las prospecciones petrolíferas van a quedar como una broma junto al destrozo ahora pretendido. Canarias sigue siendo moneda de cambio para los grandes especuladores.

Por eso es fundamental escuchar a los que saben de la cosa energética, porque “el diablo siempre está en los detalles”. Y este diablo que ahora se nos presenta tiene unos cuernos y rabo muy grandes…

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