Hoy
voy a hablarles del llamado «rincón verde de La Atalaya» porque
llamarlo así es una falta de respeto a los ciudadanos. De haber
querido diseñar un rincón verde lo habrían hecho, lo que sin duda
habría sido valorado muy positivamente los vecinos. Los que
apostamos por aprovechar y sacar máximo partido de las inversiones
públicas detestamos el poco interés por las inversiones en los
barrios, hechas al trancazo para justificar cuatro años de abandono.
Me
estoy refiriendo a un solar público de trescientos y pico metros
cuadrados en La Atalaya, en el que han plantado, en una reciente
actuación, tres aparatos de gimnasia y seis cactus. Tal cual. Al que
el Sr. Alcalde llama en su revista de propaganda mensual “un nuevo
rincón verde” para La Atalaya.
Habrá
pensado el Sr. Alcalde que los vecinos de La Atalaya somos tontos.
También debe pensarlo del resto de barrios de Guía a los que trata
con igual desdén, ya que la política de ombliguismo practicada en
este municipio desde el origen de los tiempos, hace que los vecinos
de los barrios tengamos que soportar una mochila de conformismo e
indolencia, sin la cual no serían posibles estos abandonos o
chapuzas. Y en cierto modo así es (que somos realmente tontos),
empezando por un servidor que, en el pasado, cuando se acercaban
campañas electorales tenía la estúpida costumbre de levantar el
pie del acelerador de las críticas por aquello de “no interferir”
en el proceso electoral. En fin, ingenuidades de andar por casa… Y
es que habrá que pensar que respaldar la gestión municipal con el
voto cuando las actuaciones, siempre escasas, carecen de la calidad y
planificación suficiente, es de un masoquismo insostenible. Eso y
que el voto cautivo sigue siendo utilizado para captar voluntades en
un entorno laboral frágil, así como una cultura del vasallaje
inyectada en vena entre nuestra población, en la que el Alcalde, en
lugar de un servidor público, es algo así como un ídolo con pies
de barro, a quien hay que adular aunque en sus actuaciones, cuando
las hay, muestre el desprecio más absoluto hacia los vecinos de los
barrios.
No
todo el mundo entiende bien estas críticas. Que me quejo por todo me
han llegado a decir, acusándome en las redes de intolerante o
alarmista... Y es que una especie de “síndrome de Estocolmo”
impide a muchos diferenciar la paja del trigo en lo referente
a las actuaciones municipales, que
son bien
diferenciadas según se trate de los barrios o de la capital
municipal.
Con
un poco de interés y buen gusto podría haberse hecho una pequeña
zona verde (de verdad), con algunos árboles que den sombra a niños
y mayores e
incluso con un pequeño parque infantil, incorporando los aparatos
biosaludables que tanto gustan al Sr. Alcalde... También se podría
haber aprovechado la actuación para recuperar uno de los cuatro
antiguos
pilares de agua de abasto que
existieron en el
barrio, ubicado uno
de ellos en
las inmediaciones del citado lugar hasta principios de los setenta. Y
es que 325 metros cuadrados, bien aprovechados podrían haber
representado ese rincón verde que ahora publicitan en falso.
No
sé como explicarle a D. Pedro Rodríguez que estoy deseando
aplaudirle, pero es
que
me lo pone usted realmente difícil, tan preocupado como está por su
carrera política en el Parlamento Canario y tan despreocupado por la
gestión municipal, especialmente
en los barrios.
No
puedo decir que ahora no estén haciendo nada porque sería mentir.
Ahora están haciendo lo de siempre cuando se acerca cada campaña
electoral, los acerados y asfaltados… Pero al circo de D. Pedro le
crecen los enanos. Desde la monumental bola de nieve del agua de
abasto, que desde que fuera privatizada no ha parado de crecer,
habiendo sido la propia adjudicataria la que ha tirado la toalla
recientemente, renunciando a la concesión. Hasta el conflicto de la
Policía Local, otra bola en crecimiento y con la que demuestra, una
vez más, su incapacidad y la de su Concejal de Policía.
Sólo
añadir que es más fácil de lo que parece Sr. Alcalde. Quizás la
clave está en que “no se puede estar en misa y repicando”… El
Ayuntamiento y el Parlamento es mucha tarea para una sola persona, si
de hacer las cosas bien se trata, especialmente cuando no se quiere o
no se sabe delegar. Y que realizar las actuaciones en los barrios con
el mismo esmero y cariño que en la capital municipal le ahorra estas
críticas de los que sólo queremos lo mejor para nuestro pueblo, en
este caso para nuestro barrio.
Hoy
leo en los medios locales que el Alcalde anuncia UNA BATERÍA DE
INCENTIVOS FISCALES PARA IMPULSAR LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL EN EL
MUNICIPIO. ¿Ahora? ¿cuando llevamos varias legislaturas de un paro
galopante en el municipio sin que al Alcalde se le “moviera el
flequillo”?
Bien
está lo que bien acaba. Tarde, muy tarde, llegan estos INCENTIVOS.
Con una tasa de paro del 23,24% (la más baja por cierto desde 2013),
es ahora cuando deciden poner en marcha medidas para impulsar la
actividad empresarial. BRAVO Sr. Alcalde!!, BRAVO!! Más vale tarde
que nunca.
En
otros Ayuntamientos como el de Agüimes estas medidas se pusieron en
marcha hace un lustro, desde el 2013, de las que un servidor se hizo
eco y aplaudió públicamente.
Le
prometo que me gustaría salir a los medios a aplaudirle también la
gestión municipal, quien me conozca sabe bien que hablo en serio,
pero es que me lo pone usted realmente difícil.
Y
lo dicho Sr. Alcalde, un rincón verde es un rincón verde, aquí y
en pequín, no un solar adoquinado de SETENTA MIL EUROS. Esmérese,
sólo se trata de hacer lo que hay que hacer, con fundamento que
decían nuestros mayores.