En primer lugar aclarar que, de los tres ministerios ofrecidos sólo uno lo es realmente, el de Sanidad, con las competencias trasferidas a las comunidades autónomas -como todo el mundo sabe-, las otras dos son actualmente secretarías de estado; Vivienda e Igualdad, junto a una Vicepresidencia que no tendría la importancia debida puesto que sería una vicepresidencia segunda, sin competencias. Es decir, que serían ministerios vacíos, sin apenas competencias, serían sólo eso, SILLONES.
De haberlos aceptado, en esas condiciones, se habrían beneficiado de un buen sueldo público, coche oficial y toda la parafernalia del cargo, pero al día siguiente todos los ciudadanos, incluidos sus propios votantes, le estarían recriminando haberse doblegado por figurar, por el cargo, por LOS SILLONES tan denostados y tan deseados por los mismos que los critican. El PSOE habría conseguido tenerlos comiendo de la mano pero sin competencias para ejecutar nada que cambiase realmente la vida de la gente, que verían sus expectativas frustradas y empezarían al culparlos de inacción (con razón). Ya no les valdría decir entonces que no tenían competencias para actuar porque lo sabían desde el principio, al tiempo que el PSOE se descargaría de responsabilidad falsamente, culpando a sus socios de gobierno de incompetentes.