
Esta semana la Patronal Turística de Fuerteventura, Asoufer, informó en nota de prensa de la reunión mantenida entre dicha entidad con los concejales de turismo de La Oliva, Puerto del Rosario y Antigua, excusando la ausencia de los ediles del ramo de Pájara y Tuineje. Dicho encuentro tuvo como eje central el análisis de las causas del descenso turístico en la isla. Algunas de las conclusiones extraídas fueron la necesidad de “más limpieza, mayor capacidad para gestionar sus recursos turísticos y más comunicación con todas las entidades del sector”. Emplazaron continuar el debate con el Cabildo Insular presente y se mostraron dispuestos a seguir manteniendo la comunicación, en un llamamiento claro a la unidad de todos los actores (básicamente instituciones y patronales empresariales), para remontar las cifras turísticas actuales.
Los empresarios turísticos de Canarias están muy preocupados por el descenso de la llegada de turistas, pese a que dicha caída era previsible. Desde 2011, con las primaveras árabes, Canarias comenzó a recibir contingentes de visitantes prestados. A partir de ahí cada año las cifras fueron espectaculares hasta techos de auténtico récord, difícilmente igualables. Esos éxitos, que llenaron sus bolsillos, no repercutieron en la mejora de las condiciones de trabajo. Ni siquiera pudieron tirar del empleo, manteniendo unas cifras de desempleo propias de un país subdesarrollado. Ahora viven preocupados por la parálisis. Y, en el relato, cabe la certeza de que las consecuencias las pagarán los explotados trabajadores, sufridores del ingente trabajo de los últimos años y del descenso de la actividad en este último tiempo.