La ignorancia y la estupidez humana no conoce límites. Leer cada día las mismas necedades es agotador. La gente no lee, no se informa, o no contrasta las "informaciones".
En España, después del golpe de estado y la mal llamada "guerra civil", el 60% de la población era analfabeta. En Canarias ese porcentaje ascendía al 70%.
En Canarias, por su lejanía y aislamiento, así como sus especiales circunstancias socioeconómicas, se ha trabajado especialmente en estas carencias formativas.
"Siempre ha sido más fácil engañar al ingenuo que convencerlo de que ha sido engañado"
Todo esto lo conoce a la perfección los que invierten millones en mentiras a diario porque es mucho más efectivo y barato que la publicidad para sus intereses.
Los más necesitados no tienen conciencia de clase, imprescindible para poder discernir sobre lo que le conviene. Se le mantiene entretenido y distraído para que así sea...
Los grandes medios de comunicación son propiedad de las grandes fortunas y obedecen, como es lógico, a los intereses "del amo" (aquí en Canarias conocemos bien está palabra).
Hay que prestar especial atención a los principios de la manipulación, especialmente al número 5; es la principal herramienta de la derecha política y los grandes poderes económicos:
Los 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels:
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Cada uno de ellos son puestos en circulación a diario, unas veces de forma descarada y otras de forma más sutil.
Hay que ser consciente de que los ricos son una minoría, pero que son muy ambiciosos y que, ellos si, tienen plena conciencia de clase, la del que tiene su presente y su futuro económico resuelto, haga lo que haga y pase lo que pase...