el Consejo de Ministros aprobó un nuevo marco regulatorio para las energías renovables que las sitúa al borde de la ruina y la extinción
La
espiral de corrupción estructural que corroe la democracia, que no
deja de salpicarnos cada día con los casos que van apareciendo desde
las entrañas de la monarquía, el Partido Popular, el mundo
empresarial y otras entidades públicas o privadas, nos está dejando
noqueados. Por eso la última decisión del Gobierno de atacar con
saña a las renovables no ha tenido el eco mediático, la
trascendencia pública y el cabreo ciudadano que un hecho de este
alcance merece. Casi a la chita callando, el pasado viernes día 1 de
febrero el Consejo de Ministros aprobó un nuevo marco regulatorio
para las energías renovables que las sitúa al borde de la ruina y
la extinción. El paquete de medidas, adoptado con carácter
retroactivo -que profundiza en otras decididas en el mes de diciembre
pasado- establece, entre otras cosas, una actualización del IPC
irreal, que les supone una merma de casi un 1,5% y que las empresas
generadoras de energías limpias deberán decidir, a partir de ahora,
si desean acogerse, para todo el tiempo de funcionamiento de la
instalación, a una tarifa regulada o a los precios que fije el
mercado, pero sin primas: un recorte, en cualquier caso, a los
derechos adquiridos y a la rentabilidad de las plantas construidas
-las termosolares perderán más de un 30% de sus ingresos- o a las
que están por construir, lo que pone en cuestión la continuidad de
la producción de energías limpias en España.
De esta manera podrá mantenerse el oligopolio que decide los costes de la energía, los precios y las primas a los combustibles fósiles y que percibe ganancias multimillonarias cada año y que tiene en sus nóminas a expresidentes de Gobierno, exministros, exsecretarios de Estado y políticos de primer orden y de origen diverso
Sin
ningún género de dudas, la reforma puesta en marcha por el
ministerio de Industria deja patente el poder del lobby de las
grandes eléctricas, que se ha marcado como objetivo estratégico
acabar con las renovables. Y de paso, con la posibilidad de que se
democratice la producción de energía en este país. De esta manera
podrá mantenerse el oligopolio que decide los costes de la energía,
los precios y las primas a los combustibles fósiles y que percibe
ganancias multimillonarias cada año y que tiene en sus nóminas a
expresidentes de Gobierno, exministros, exsecretarios de Estado y
políticos de primer orden y de origen diverso. Se trata de otro modo
de corrupción, más sibilino si se quiere, pero que igualmente
compra voluntades políticas y mediáticas y condiciona decisiones
administrativas y de gobierno que les favorece, a costa del interés
general.
Paradójicamente,
la medida adoptada por José Manuel Soria se produce justo el día en
que se hace público que la energía eólica se situó por primera
vez como la principal fuente de electricidad de España durante un
trimestre completo, en concreto en el tiempo transcurrido desde el 1
de noviembre de 2012 hasta el 31 de enero de 2013. En ese periodo
solo la eólica generó 16.410 GWh, el equivalente al 27% de la
demanda eléctrica peninsular en tres meses.
En 2011 las energías limpias evitaron la emisión de 33,4 millones de toneladas de CO2, que supusieron un ahorro de 429 millones de euros, la emisión de 27,6 millones de óxido de nitrógeno (NOx) y 45,3 millones de toneladas de dióxido de azufre (SO2) y la importación de 11,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo valoradas en 2.101 millones de euros
Pero
no se trata de un hecho aislado. Según APPA, las energías
renovables abarataron durante el 2011 en 3.352 millones los precios
de la electricidad y crearon 6.000 puestos de trabajo. En un estudio
realizado por Deloitte se demuestra que la energía eólica evitó
gastar en 2011, 1.919 millones de euros en importaciones de
combustibles, así como otros 282 en la compra de derechos de
emisiones de CO2, de modo que, aunque recibió 1.756 millones en
primas, se ahorró al país un total de 545 millones, previéndose
para el 2012 un ahorro de 560 millones. El informe Impacto
Macroeconómico de las Energías Renovables en España recoge que el
conjunto de las renovables recibió en 2011 un total de 12 millones
de euros en subvenciones, pero pagaron 675 de impuestos y que los
ahorros producidos en el mercado diario (28.482 millones de euros)
han sido superiores a las primas recibidas (20.875), lo que supuso un
ahorro total de 7.606 millones. En 2011 las energías limpias
evitaron la emisión de 33,4 millones de toneladas de CO2, que
supusieron un ahorro de 429 millones de euros, la emisión de 27,6
millones de óxido de nitrógeno (NOx) y 45,3 millones de toneladas
de dióxido de azufre (SO2) y la importación de 11,7 millones de
toneladas equivalentes de petróleo valoradas en 2.101 millones de
euros. También Ernst & Young señala en su “Análisis del
potencial de creación de valor de las políticas de energía eólica”
que la energía eólica genera en España 3,5 veces más riqueza que
los ciclos combinados (gas-fuel), que el retorno fiscal de la
inversión es el triple que la de gas y concluye que una vez
incluidos todos los costes y beneficios, el coste “neto” de la
energía eólica es inferior al coste equivalente al de los ciclos
combinados, genera mucho más empleo, rompe la dependencia del
exterior y no produce contaminaciones medioambientales.
Y mientras EEUU lanza una ofensiva en pro de las renovables apoyado en empresas españolas; mientras los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) han decidido impulsar conjuntamente el desarrollo de las energías limpias, dado “el agotamiento de las fósiles y los problemas medioambientales”; al tiempo que Japón, tras Fukushima, ni se lo piensa y que Alemania, Noruega, Suecia y otros muchos países europeos han decidido transitar la misma senda.., el Gobierno español ha resuelto recular...
Más
allá de la satanización de las renovables a través de campañas
mediáticas interesadas, lo cierto es que 4 de cada 5 españoles (el
81% de la ciudadanía) pide, según el Eurobarómetro, que las
fuentes renovables nos abastezcan en energía en un futuro inmediato
y saben (como sostiene el último estudio de WWF) que generan 55
veces menos impacto (vertidos, residuos, contaminación, etc.); que
no tienen impactos negativos sobre la salud; que no emiten CO2; que
son fáciles de desmantelar; que su impacto en caso de siniestro es
mínimo; que disminuyen la dependencia del exterior; que permiten un
ahorro de 67 millones de toneladas de CO2; que contribuyen a la
exportación de tecnología renovable; que cada vez es más barata y
en un futuro cercano puede ser más barata que la convencional, eso
sin tener en cuenta los costes ocultos de los combustibles fósiles;
que los costes económicos, sociales y ambientales son muchos más
altos, de no implantarse, que los impactos del cambio climático que
contribuyen a evitar; que son una fuente extraordinaria de creación
de empleo, competitividad, riqueza, innovación y futuro para las
siguientes generaciones; que contribuyen a la fijación de la
población rural…
Pero
nada de esto le interesa al oligopolio energético y a su brazo
político. La estrategia es la del aniquilamiento de las renovables.
Les importa muy poco el cambio climático y su deriva peligrosa, la
destrucción de 50.000 empleos en renovables en los últimos años,
la dependencia energética del exterior (importamos el 76% de los
recursos), la pérdida de posiciones internacionales punteras en
innovación y desarrollo tecnológico, la generación de una economía
alternativa, vanguardista y creadora de riqueza…
Y
mientras EEUU lanza una ofensiva en pro de las renovables apoyado en
empresas españolas; mientras los países BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Suráfrica) han decidido impulsar conjuntamente el
desarrollo de las energías limpias, dado “el agotamiento de las
fósiles y los problemas medioambientales”; al tiempo que Japón,
tras Fukushima, ni se lo piensa y que Alemania, Noruega, Suecia y
otros muchos países europeos han decidido transitar la misma
senda.., el Gobierno español ha resuelto recular, volver a atrás,
desandar lo andado en desarrollo tecnológico, en creación de empleo
y en cuotas de mercado internacional, para poner en bandeja de plata
la cabeza de las renovables ante un trust energético que aún tiene
la desfachatez de escenificar ante la opinión pública que el
ministro de Industria no lo trata bien. Y es que no paran en la
intención de destruirlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario