miércoles, 27 de febrero de 2013

CERCO A LAS RENOVABLES (La opinión de Antonio Morales)


el Consejo de Ministros aprobó un nuevo marco regulatorio para las energías renovables que las sitúa al borde de la ruina y la extinción

La espiral de corrupción estructural que corroe la democracia, que no deja de salpicarnos cada día con los casos que van apareciendo desde las entrañas de la monarquía, el Partido Popular, el mundo empresarial y otras entidades públicas o privadas, nos está dejando noqueados. Por eso la última decisión del Gobierno de atacar con saña a las renovables no ha tenido el eco mediático, la trascendencia pública y el cabreo ciudadano que un hecho de este alcance merece. Casi a la chita callando, el pasado viernes día 1 de febrero el Consejo de Ministros aprobó un nuevo marco regulatorio para las energías renovables que las sitúa al borde de la ruina y la extinción. El paquete de medidas, adoptado con carácter retroactivo -que profundiza en otras decididas en el mes de diciembre pasado- establece, entre otras cosas, una actualización del IPC irreal, que les supone una merma de casi un 1,5% y que las empresas generadoras de energías limpias deberán decidir, a partir de ahora, si desean acogerse, para todo el tiempo de funcionamiento de la instalación, a una tarifa regulada o a los precios que fije el mercado, pero sin primas: un recorte, en cualquier caso, a los derechos adquiridos y a la rentabilidad de las plantas construidas -las termosolares perderán más de un 30% de sus ingresos- o a las que están por construir, lo que pone en cuestión la continuidad de la producción de energías limpias en España.

De esta manera podrá mantenerse el oligopolio que decide los costes de la energía, los precios y las primas a los combustibles fósiles y que percibe ganancias multimillonarias cada año y que tiene en sus nóminas a expresidentes de Gobierno, exministros, exsecretarios de Estado y políticos de primer orden y de origen diverso

Sin ningún género de dudas, la reforma puesta en marcha por el ministerio de Industria deja patente el poder del lobby de las grandes eléctricas, que se ha marcado como objetivo estratégico acabar con las renovables. Y de paso, con la posibilidad de que se democratice la producción de energía en este país. De esta manera podrá mantenerse el oligopolio que decide los costes de la energía, los precios y las primas a los combustibles fósiles y que percibe ganancias multimillonarias cada año y que tiene en sus nóminas a expresidentes de Gobierno, exministros, exsecretarios de Estado y políticos de primer orden y de origen diverso. Se trata de otro modo de corrupción, más sibilino si se quiere, pero que igualmente compra voluntades políticas y mediáticas y condiciona decisiones administrativas y de gobierno que les favorece, a costa del interés general.

Paradójicamente, la medida adoptada por José Manuel Soria se produce justo el día en que se hace público que la energía eólica se situó por primera vez como la principal fuente de electricidad de España durante un trimestre completo, en concreto en el tiempo transcurrido desde el 1 de noviembre de 2012 hasta el 31 de enero de 2013. En ese periodo solo la eólica generó 16.410 GWh, el equivalente al 27% de la demanda eléctrica peninsular en tres meses.

En 2011 las energías limpias evitaron la emisión de 33,4 millones de toneladas de CO2, que supusieron un ahorro de 429 millones de euros, la emisión de 27,6 millones de óxido de nitrógeno (NOx) y 45,3 millones de toneladas de dióxido de azufre (SO2) y la importación de 11,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo valoradas en 2.101 millones de euros

Pero no se trata de un hecho aislado. Según APPA, las energías renovables abarataron durante el 2011 en 3.352 millones los precios de la electricidad y crearon 6.000 puestos de trabajo. En un estudio realizado por Deloitte se demuestra que la energía eólica evitó gastar en 2011, 1.919 millones de euros en importaciones de combustibles, así como otros 282 en la compra de derechos de emisiones de CO2, de modo que, aunque recibió 1.756 millones en primas, se ahorró al país un total de 545 millones, previéndose para el 2012 un ahorro de 560 millones. El informe Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España recoge que el conjunto de las renovables recibió en 2011 un total de 12 millones de euros en subvenciones, pero pagaron 675 de impuestos y que los ahorros producidos en el mercado diario (28.482 millones de euros) han sido superiores a las primas recibidas (20.875), lo que supuso un ahorro total de 7.606 millones. En 2011 las energías limpias evitaron la emisión de 33,4 millones de toneladas de CO2, que supusieron un ahorro de 429 millones de euros, la emisión de 27,6 millones de óxido de nitrógeno (NOx) y 45,3 millones de toneladas de dióxido de azufre (SO2) y la importación de 11,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo valoradas en 2.101 millones de euros. También Ernst & Young señala en su “Análisis del potencial de creación de valor de las políticas de energía eólica” que la energía eólica genera en España 3,5 veces más riqueza que los ciclos combinados (gas-fuel), que el retorno fiscal de la inversión es el triple que la de gas y concluye que una vez incluidos todos los costes y beneficios, el coste “neto” de la energía eólica es inferior al coste equivalente al de los ciclos combinados, genera mucho más empleo, rompe la dependencia del exterior y no produce contaminaciones medioambientales.

Y mientras EEUU lanza una ofensiva en pro de las renovables apoyado en empresas españolas; mientras los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) han decidido impulsar conjuntamente el desarrollo de las energías limpias, dado “el agotamiento de las fósiles y los problemas medioambientales”; al tiempo que Japón, tras Fukushima, ni se lo piensa y que Alemania, Noruega, Suecia y otros muchos países europeos han decidido transitar la misma senda.., el Gobierno español ha resuelto recular...

Más allá de la satanización de las renovables a través de campañas mediáticas interesadas, lo cierto es que 4 de cada 5 españoles (el 81% de la ciudadanía) pide, según el Eurobarómetro, que las fuentes renovables nos abastezcan en energía en un futuro inmediato y saben (como sostiene el último estudio de WWF) que generan 55 veces menos impacto (vertidos, residuos, contaminación, etc.); que no tienen impactos negativos sobre la salud; que no emiten CO2; que son fáciles de desmantelar; que su impacto en caso de siniestro es mínimo; que disminuyen la dependencia del exterior; que permiten un ahorro de 67 millones de toneladas de CO2; que contribuyen a la exportación de tecnología renovable; que cada vez es más barata y en un futuro cercano puede ser más barata que la convencional, eso sin tener en cuenta los costes ocultos de los combustibles fósiles; que los costes económicos, sociales y ambientales son muchos más altos, de no implantarse, que los impactos del cambio climático que contribuyen a evitar; que son una fuente extraordinaria de creación de empleo, competitividad, riqueza, innovación y futuro para las siguientes generaciones; que contribuyen a la fijación de la población rural…

Pero nada de esto le interesa al oligopolio energético y a su brazo político. La estrategia es la del aniquilamiento de las renovables. Les importa muy poco el cambio climático y su deriva peligrosa, la destrucción de 50.000 empleos en renovables en los últimos años, la dependencia energética del exterior (importamos el 76% de los recursos), la pérdida de posiciones internacionales punteras en innovación y desarrollo tecnológico, la generación de una economía alternativa, vanguardista y creadora de riqueza…

Y mientras EEUU lanza una ofensiva en pro de las renovables apoyado en empresas españolas; mientras los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) han decidido impulsar conjuntamente el desarrollo de las energías limpias, dado “el agotamiento de las fósiles y los problemas medioambientales”; al tiempo que Japón, tras Fukushima, ni se lo piensa y que Alemania, Noruega, Suecia y otros muchos países europeos han decidido transitar la misma senda.., el Gobierno español ha resuelto recular, volver a atrás, desandar lo andado en desarrollo tecnológico, en creación de empleo y en cuotas de mercado internacional, para poner en bandeja de plata la cabeza de las renovables ante un trust energético que aún tiene la desfachatez de escenificar ante la opinión pública que el ministro de Industria no lo trata bien. Y es que no paran en la intención de destruirlo todo.

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