sábado, 17 de junio de 2017

Consejos de cabecera para los que se aproximan a la política, por Paco Vega

Tranquilos, hoy no voy a hablar de la Moción de Censura (o si…), porque considero que esta semana ya hemos tenido bastante y ya habrán editoriales, artículos y tertulias suficientes que exponen extensamente de lo que a cada uno le conviene referido este tema, al margen de la verdad… Y digo esto porque es evidente que en estas batallas la primera víctima es la verdad, al igual que ocurre en las guerras. Pero si quiero dar algunos consejos desde mi humilde posición de “aprendiz de casi todo” en base a mi experiencia de muchos años de seguimiento del acontecer político de este país.

Considero que, a la vista de la cascada de casos de corrupción y la inacción de un gobierno que no sólo “mira para otro lado”, sino que dificulta o entorpece las investigaciones de los sospechosos de corrupción dentro de su propio partido, sin contar recortes sociales, laborales y libertades públicas contra las clases más desfavorecidas de este país, la MOCIÓN DE CENSURA ESTABA MÁS QUE JUSTIFICADA, al margen del resultado. El papel de los
dos diputados de los partidos nacionalistas canarios, que podría haber sido digno, ha terminado siendo vergonzoso, especialmente el de Ana Oramas, que se mostró con una agresividad desmedida e innecesaria contra Pablo Iglesias. Parece ser que a la Sra. Oramas y Coalición Canaria le molesta más la moción de censura de Unidos Podemos contra el PP que la propia corrupción del PP. Aunque bien pensado, probablemente tenga mucho que ver la urgencia de Coalición Canaria en pactar gobierno canario con el PP en las próximas fechas. En todo caso llama la atención la beligerancia de la diputada canaria contra un partido que no gobierna y que por lo tanto ningún daño ha podido hacerle, al contrario que el PP, que primero con las prospecciones y luego con los presupuestos no ha dejado de menospreciar a los canarios mientras tuvo mayoría en el Congreso.


Por ese motivo es tan importante que las personas que se asoman la primera vez a la política, o que simplemente no entienden lo que pasa en este convulso y contradictorio mundo político, respeten algunas pautas para no perderse en este laberinto de intereses cruzados. Es fundamental para ello que vayan formando su propia opinión y no la opinión de los demás. Esto que parece una evidencia, no es tan fácil de discernir ni se adquiere en dos días. Los tertulianos televisivos y radiofónicos, o la prensa escrita, no son inocentes ni están en posesión de la verdad absoluta, obedeciendo en muchos casos a líneas editoriales, empresariales o políticas que tienen sus propios intereses y que influyen lógicamente en la opinión de los espectadores. Tampoco son inocentes los informativos radiofónicos o televisivos, que unas veces manipulando y otras ocultando la información, contribuyen a levantar cortinas de humo o a teledirigir la opinión pública sobre lo que en cada ocasión manda el interés empresarial y político (en el caso de la privada), o del Gobierno de turno (en el caso de la pública). Por eso es tan importante intentar, en la medida de lo posible, acudir a la fuente de la información. Es decir, escuchar las palabras exactas o el texto concreto del político de turno o del debate en cuestión y tener así una opinión exacta del contenido, el tono y la
intención de la idea, ley o proyecto, y luego contrastar con otras opiniones. Lo contrario es dejarse llevar por los opinadores de los diferentes medios, algo peligroso para la salud de la objetividad. No quiere decir esto que los periodistas mientan, pero entre las interpretaciones, inclinaciones y omisiones, gran parte de la verdad y la razón suele quedarse por el camino, y no es bueno quedarse sólo con la opinión de otros. Yo mismo tengo mis inclinaciones como quedó evidenciado al comienzo del presente, sin que por ello deje de intentar acercarme lo más posible a la deseable objetividad.

Fíjense si es importante la opinión y los medios en la difusión u ocultación de los mensajes, que en Canarias, con los más altos índices de paro y precariedad laboral, con las lista de espera más larga en la sanidad, los índices más bajos en cuanto a resultados educativos, la cesta de la compra más cara y la dependencia del exterior que roza el 95%, dentro de unos días se fraguará un gobierno compuesto por los mismos actores que nos han traído hasta aquí, CC y PP. Claro que toda la culpa no la van a tener los medios… La miopía de los ciudadanos que sólo tenemos ojos para el fútbol también tiene mucho que ver.

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