martes, 31 de octubre de 2017

Democracia en defensa propia, por Paco Vega

Solicito, ruego y demando de manera urgente “democracia en defensa propia”. No puede ser que estos baños de democracia, de legalidad y de europeización con que nos han edulcorado durante años sólo haya servicio de máscara de las élites franquistas que pretendían continuar su agosto. No puede ser que esta joven democracia padezca tan pronto de la artrosis propia de la edad avanzada. No puede ser que a al primer revés serio que tiene el estado -con el desafío catalán- se tambaleen los cimientos democráticos que hasta ahora creíamos sólidos.

Los gestos del gobierno de España no dejan lugar a dudas sobre su más que endebles cimientos democráticos. La falta de cintura política, la utilización de la policía como ariete y escarnio (criticado a nivel internacional) y el ahora “aclamado” artículo 155, han dejado “en pelotas” a una Constitución francamente mejorable y reiteradamente pisoteada. Intentar sacar rédito político en el resto del estado a costa de una Cataluña electoralmente amortizada, da muestras sobradas de los nulos escrúpulos de un partido desnortado entre la modernidad que pretende y su pasado fascista que sigue sin condenar y del que no quiere librarse. Los años de permisividad con la corrupción, el nombramiento del extremista Xavier García Albiol como su referente en Cataluña, el nombramiento de una “Ministra diferida” al frente de Defensa, el Ministro que “españolizaba” niños catalanes en Educación, un “panameño” a cargo del Ministerio de Industria y Turismo que pretendía llenar los bolsillos de Repsol a costa de llenar nuestras playas de piche, así como un largo etcétera que me llevaría horas detallar, del que no quiero dejar en el olvido al Ministro de “la amnistía ilegal” con la que perdonó a grandes fortunas defraudadoras. Estos son sólo unos pocos botones de muestra del nivel democrático en que está sumido este país y su gobierno. El listón no puede estar más bajo.


Hasta al “joven” Rey se le ha caído la careta al tomar partido por la tesis del partido del Gobierno. Una prueba de fuego para el “sobradamente preparado” Rey que no ha sabido superar. A estas horas ya debe estarse arrepintiendo de su torpeza y la de su entorno porque se avecina una tormenta republicana que que puede dejarle sin el cetro real en unos años. El silencio informativo y cómplice de los medios de comunicación con la Casa Real, que durante cuarenta años ha caracterizado a nuestra “democracia”, se evapora definitivamente, por lo que pintan bastos para la monarquía española con esta torpe actuación real.

Ha bastado el abandono de las clases medias y populares por parte del bipartidismo dominante, a las órdenes del poder económico y empresarial, para que explotase el 15-M, con la llegada posterior de Podemos. Dichas élites económicas han intentado contrarrestar con la creación artificial de Ciudadanos, a quien los “medios amigos” dan minutos y presencia de forma poco disimulada en todas las portadas. Los mismos que ningunean y retuercen la presencia y el mensaje de Unidos Podemos.

Tengo “la mala costumbre” de ver y escuchar con atención los debates políticos (vicios que tiene uno), y me sorprendo al contrastar las opiniones de afamados periodistas en sus debates y columnas que, o no vieron el debate o mienten como bellacos… Esta es la prensa que tenemos, salvo honrosas excepciones.

Ahora el problema en España no está sólo en Cataluña, a la que con su actuación gubernamental no ha hecho sino avivar las llamas del independentismo. El problema de este partido es que sólo sabe obedecer a las élites, y cuando se les presenta un problema político de primer orden no lo saben digerir. Hubiese sido fácil permitir un referéndum pactado y ganarlo porque hasta Unidos Podemos hubiese hecho campaña a favor de la permanencia (lo han dicho hasta la saciedad -aunque los medios del régimen lo hayan tergiversado hasta la extenuación). Ahí es lógico que no hubiese terminado el problema, pero seguro que con tiento y las medidas políticas oportunas se podría haber reconducido el asunto, a pesar de haberlo gestionado tan mal los últimos años. Pero no, se han tirado al monte haciendo gala de sus más bajos instintos antidemocráticos. Los mismos que ahora vemos resurgir en una población políticamente analfabeta que pide mano dura y represión.

Este país necesita democracia en defensa propia.

Y en Canarias dos huevos duros...






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