martes, 13 de mayo de 2025

2025-05-13-(2)Más información sobre las plantas de biogás, como la que van a instalar en La Atalaya de Guía.



 Más información sobre las plantas de biogás.

Dicen que es una planta moderna, que trata residuos, que genera energía verde. Lo que no dicen es que viviremos rodeados de olores, ruido y camiones cargados de estiércol atravesando nuestras calles todos los días.


Porque sí, la planta de biogás que quieren instalar junto a nuestro pueblo necesita alimentar su maquinaria con decenas de toneladas de residuos orgánicos cada día. Y eso significa una cosa: un movimiento constante de camiones entrando y saliendo por nuestras carreteras, atravesando las principales calles, en las que se ubican, el colegio, la plaza, la sociedad, los comercios, en definitiva, el centro de nuestro barrio. No se trata de un par de viajes puntuales. Será un trasiego diario y sostenido de vehículos pesados, con la carga que eso supone para nuestras calles, para la seguridad vial y para la calidad del aire que respiramos.

A eso hay que sumar el ruido del paso de los camiones, el polvo que levantarán, y el deterioro de unas infraestructuras locales que no están preparadas para este tipo de actividad.

Y los olores… No hablamos de un mal olor ocasional. Hablamos de una planta que manipulará miles de toneladas de estiércol al año. Hablamos de gases como el sulfuro de hidrógeno (ese que huele a “huevo podrido”) y el amoníaco, que pueden liberarse incluso con pequeñas fugas. Todo esto se suma al olor de los propios camiones durante el transporte de los residuos y del digestato resultante.
¿Se imaginan abrir las ventanas en verano con ese olor flotando en el ambiente?
¿Se imaginan a nuestras hijas e hijos jugando mientras pasan camiones de estiércol por la misma calle?

No es exagerado. Es lo que ha pasado ya en otras localidades donde han instalado plantas similares. Esto no es progreso, es retroceso.

La Atalaya no puede ser la zona de sacrificio para que otros ganen dinero con una “energía verde” que aquí solo traerá molestias y riesgos.

Producir biogás es legítimo. Pero hacerlo al lado de un núcleo urbano es una temeridad. Y quienes queremos vivir con dignidad, salud y paz, tenemos todo el derecho a decir: ¡así no!

Les dejo por aquí una entrevista a Fernando Valladares, investigador del CSIC hablando sobre una planta de biogás en la comunidad de Madrid.

Cosme Vega.-

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