Nada más entrar en el restaurante que McDonald’s tiene junto a la madrileña Puerta del Sol saltaba a la vista que algo fuera de lo habitual ocurría ese día. Tras el mostrador, más personal de lo normal. Todos los trabajadores mantenían una amplia sonrisa, pero mezclada al tiempo con cierto nerviosismo. Y lo más revelador: la edad media de los dependientes sobrepasaba de lejos la media habitual en este tipo de cadenas de comida rápida. La señal definitiva de que no era un día cualquiera estaba situada en una de las cajas: Patricia Abril, presidenta de McDonald’s España, era quien tomaba el enésimo pedido de la mañana a uno de los turistas. En la cocina o escoba en mano, directivos de recursos humanos y ejecutivos de finanzas. Durante una jornada todos cambiaron los despachos por el restaurante. ¿Estrategia o marketing?
El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que se encuentra en información pública desde el pasado 1 de agosto para presentar alegaciones en la Delegación de Gobierno en Gran Canaria "es el ejemplo más reciente y quizás el más evidente de un proceso que además de una ataque medioambiental a Canarias se está convirtiendo en una violación de la legitimidad democrática y del procedimiento administrativo", subrayó el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera.