Somos
parte indivisible de este “TODO” que nos ha tocado vivir. Somos
cómplices por acción o por omisión de todo lo que sucede en
nuestro entorno. No vale ponerse de perfil ni ignorar las
corruptelas que suceden cada día en nuestro entorno, grandes,
pequeñas o medianas. Tampoco vale el corporativismo mal entendido:
policías que protegen a policías corruptos; jueces que amparan,
permiten y consienten las “injusticias” de jueces y fiscales;
periodistas que ocultan o justifican a lo más nefasto de la
profesión, fabricadores de mentiras, mequetrefes y sinvergüenzas…
Esta
sociedad se sostiene gracias a los miles de profesionales que cada
día cumplen con su obligación honradamente, no dando cancha a
sinvergüenzas de toda profesión u oficio, ni a la clase política
más corrupta de este país.
Es
desolador comprobar como muchos medios y periodistas salen a defender
lo indefendible ante la noticia contrastada de que en este país han
estado funcionando durante años las llamadas CLOACAS DEL ESTADO, en
las que políticos, policías, jueces y periodistas, han estado
pergeñando y publicando pruebas falsas de supuestos delitos
cometidos por adversarios políticos. Lo supimos cuando se filtraron
las grabaciones del Ministro Fernández Díaz (del Partido Popular)
en conversación con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña
(juez de profesión para más señas), en la que soltaba la famosa
frase de “ESTO LA FISCALÍA TE LO AFINA” refiriéndose con ello a
los trapicheos para crear falsas acusaciones al entonces Gobierno
Catalán. Ahora nos enteramos (certificado), que las pruebas contra
el partido político Podemos y todo su entorno también han sido
fabricadas o promocionadas desde las famosas cloacas del estado, con
la inestimable colaboración de determinada mafia policial y
periodística. Parece ser que fue un plan -perfectamente urdido- para
desprestigiar a la mencionada formación política cuando las
encuestas comenzaron a darle una estimación de voto que podría
acercarles al poder.