
Hoy lo llevé otra vez a la veterinaria y temblaba al ponerlo sobre la mesa de observación (como siempre) y volvió a meter su cabeza entre mi brazo y mi cuerpo, como buscando protección (como siempre). Se portó muy bien, aunque no perdía de vista la puerta por la que salir corriendo en cuando yo aflojase un poco la correa…
No tiene nada grave, pero me preocupo por él como él se preocupa por mí. Seguiré al pie de la letra los consejos veterinarios.
No tiene nada grave, pero me preocupo por él como él se preocupa por mí. Seguiré al pie de la letra los consejos veterinarios.
No sé qué haré cuando me falte… Supongo que llorarlo como he visto a tantas personas llorar por sus animalitos, sus amigos más fieles y nobles. Sentimientos que están sólo al alcance de las personas más sensibles, los que son capaces de adivinar el estado de ánimo de su amigo de cuatro patas con solo una mirada, porque a la inversa está garantizado. Ellos saben cuando estás alegre, y se alegran contigo. Saben cuando estás triste, y se acercan a consolarte con dos lametones.
Ellos son las mejores personas que conozco…
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