Que el caminar se demuestra andando es una frase que llevo a gala desde hace ya muchos años, ya avanzados los cuarenta -nunca es tarde para iniciarse- en que decidí enfundarme “el mono reivindicativo” y de opinador público; primero durante dos años desde la Asociación Vecinal La Piconera, con más ruido que resultados prácticos, y a continuación desde mi blog personal “El rincón de Maestro Pancho” -desde hace 12 años-, en redes sociales, en medios de comunicación digitales, en emisoras de radio, alguna aparición esporádica en televisiones locales y finalmente con la publicación de mi libro “Reflexiones al borde de un café”, además de sendas colaboraciones en los libros “100 escritos a Padrón” y “Señales del Alba”.
El espíritu reivindicativo no sólo quedó agazapado detrás de un teclado de ordenador, sino que también incluye la participación activa en diversas manifestaciones y concentraciones durante más de una década. Mi impenitente curiosidad también me llevó a la participación en numerosos seminarios, cursos y congresos de todo tipo a lo largo y ancho de nuestra isla, lo que me llevó a conocer a valiosas personas con similares inquietudes, así como coincidir -en ocasiones- con algunos ediles municipales.
No tengo registro gráfico de todas mis participaciones en los eventos anteriormente citados, puesto que nunca ha sido el objeto de las mismas, pero aquí les muestro unas pocas que he podido recopilar a modo de muestra.
¿Qué por qué lo cuento ahora? Pues sinceramente no lo sé. Quizás no me había parado a pensarlo nunca. Son muchas las cosas que hago por convencimiento personal, sin esperar nada a cambio, sin pensarlo. Quizás con el íntimo convencimiento de que, el andar se demuestra andando… Y nada más… Será que me estoy haciendo mayor y cada vez más tiende uno a mirar por el retrovisor de la vida…
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