Es tanta la manipulación y las mentiras que cada día escucho en boca de políticos y periodistas de “prestigio”, que se hace imprescindible mantenerse bien informado para evitar ser arrastrados por tanta mediocridad. De no ser así el daño es doble, cuando nos manipulan hasta el punto de terminar votándoles para que luego pongan en marcha las políticas que terminan perjudicándonos, y cuando hacemos el ridículo defendiendoles en las redes sociales con posiciones o postulados políticos que son un suicidio para los trabajadores.
Tener conciencia de clase y ejercer como tal sería el segundo paso.
No sería mala idea rezar cada noche "el padre nuestro" del trabajador:
-Yo soy trabajador, defenderé los derechos de los trabajadores y apostaré por partidos que defiendan los derechos de los trabajadores.
-Defenderé los derechos de la mujer, de los niños y del trabajador; abaratar el despido, tratar a las mujeres como si fueran de nuestra propiedad y permitir el abuso y maltrato de los niños no debe ser la ideología de la gente decente.
-Tener una jubilación digna y segura es lo mínimo que debe exigirse tras una larga y dura vida de trabajo. Quien ponga en cuestión la seguridad de las pensiones no merece nuestro respeto ni nuestro voto.
-Las ideologías o políticas que permiten y fomentan la desigualdad social no deben forman parte de nuestra elección o acabaremos pagándolo muy caro.
-La opinión propia no se adquiere escuchando los informativos y manipuladores públicos, ya sean políticos o periodistas. La opinión propia se cultiva leyendo, contrastando y reflexionando las informaciones serias durante mucho tiempo, así como dudando de todo y de todos.
-La fe ciega en políticos y partidos debe supeditarse al contraste y filtro permanente de la información.
-Coincidir con un partido en un momento determinado no significa que siempre vayas a coincidir ni que defienda tus intereses.
-Crear falsos enemigos es la forma habitual de mostrarse de los mayores manipuladores. Los políticos no deben crear miedo sino certezas y soluciones.
-Un político que acostumbra a mentir no es de fiar.
-Un periodista que frivoliza continuamente con los temas importantes miente y no debe ser tenido en consideración. Un medio que miente una vez lo hará mil.
-Seguro que si los trabajadores escucharan atentamente y contrastaran a muchos de los políticos a los que votan acabarían por no votarles.
-La mediocridad política es espantosa, pero también lo es el criterio del votante.
Tenemos la clase política que probablemente nos merezcamos…
Sólo queda formarse y empoderarse ante la manipulación política. Nos va en ello nuestro futuro y el de nuestros hijos.