sábado, 26 de octubre de 2013

Marihuana legal a un dólar en Uruguay: paso adelante contra el narcotráfico

La angustia abrumadora por la agresión ultraliberal hace que algunas de las pocas buenas noticias que también ocurren en el mundo pasen inadvertidas. Pero lo que ha pasado en Uruguay, el paisito querido, es algo que debe comentarse, celebrarse, reflexionarse. En estos tiempos dominados por los ricos, para quienes el único valor respetable es el dinero, se tolera y se alienta el gigantesco negocio de la droga. Un negocio que es fuente de dolor, explotación humana y enfermedad, a la vez que genera descomunales cantidades de dinero que, refugiandose en los criminales paraísos fiscales, se une a los procedentes de los otros delitos para alimentar la especulación financiera. Por eso, la lucha contra el narcotráfico no es solamente una pelea por la salud sino también, en muy alto grado, una trinchera de resistencia contra la agresión de los de arriba. Y en esta batalla, como no, el Uruguay, con Pepe a la cabeza, da el primer paso. La legalización de la marihuana elimina uno de los factores esenciales del negocio de la droga. Porque protege al consumidor, lo controla y lo libra de la amenaza del narcotraficante.


La estrategia de la represión del consumo de la droga ha demostrado su ineficacia. Solamente pagan los desventurados que han caido en la adicción y los desgraciados que angustiados por las necesidades económicas, aceptan convertirse en camellos para, acto seguido, ser detenidos y constituir la gran mentira que permite a los gobiernos presentarse como perseguidores del narcotráfico. Pero en la sangrante realidad, el verdadero narcotráfico, el que alimenta el brutal consumo alentado por los grandes mercaderes, se mantiene incólume. Por cada alijo de droga que se localiza, por cada pobre camello que se apresa, hay centenares de otros envíos que llegan a los mercados para la comercialización masiva. Los gobiernos, por todo el mundo, saben que esto es así. Saben que la única manera de erradicar el narcotráfico y eliminar sus terribles consecuencias es quitándoles los beneficios. Haciendo que el negocio deje de serlo. Y eso solamente se consigue con políticas de legalización controlada. Los precendetes de Holanda y de Portugal hasn demostrado que la no criminilización no incentiva el consumo.
Eso es lo han empezado a hacer en Uruguay.

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