Que importantes son los pueblos y los barrios de Canarias. Todos, sin
excepción, forman parte indisoluble de nuestra patria chica, de
nuestra patria canaria. Y todos ellos, con sus habitantes, conforman
nuestra marcada geografía isleña.
Me siguen preocupando los
ombliguismos en el entorno municipal, a pesar de lo que dicen todos
en sus mensajes y consignas políticas. «Las obras» que no «los
amores» del gobierno y de algunos líderes opositores siguen yendo
en la misma línea ombliguista, y por lo tanto poco integradora de
los barrios que conforman el municipio. De unos años a esta parte se
ha venido cambiando la denominación de determinados “entes”
municipales: La Universidad de verano «ciudad de Guía», las
Escuelas artísticas «ciudad de Guía», la Banda de música «ciudad
de Guía» o la Escuela de deporte «ciudad de Guía», son sólo
algunos ejemplos de lo que digo…
Pareciera que no hay vida
ni objetivos políticos más allá de la capital municipal. Qué
lástima! cuando hay tantísimo trabajo por hacer en los barrios que
observan “ojipláticos”, desde la distancia, esa exclusión
municipal sin dejar de ser Guía de Gran Canaria o Santa María de
Guía, sin dejar de pertenecer al mismo municipio, siendo mérito o
demérito de gobernantes y oposición, a cuya población también
habría que hacer llegar atención, políticas y actuaciones (Planes
Especiales de Reforma Interior al margen), incluidas las citadas
denominaciones oficiales poco inclusivas como son los ejemplos
anteriormente expuestos. No sé a quién ni en qué momento se le
ocurrió a alguien que era buena idea “marcar diferencias” entre
la capital municipal y los barrios, de excluir al resto del
municipio, como es el cambio de denominación de entidades
municipales, pagadas por supuesto CON EL DINERO DE TODOS. No sé en
qué momento alguien pensó en dar argumentos a los que como yo
venimos denunciando este histórico ombliguismo municipal, que no
hace patria, bandera ni municipio, más bien enfrenta y divide.
Ver ahora enfrascada a
determinada oposición en majaderías como las fechas de las
comparecencias o Plenos Municipales, cuando hay tantas cosas por
hacer y reivindicar clama al cielo, siendo estas viejas marrullerias
políticas aprendidas en el «pesebre común» de antaño…
Aprovecho este alegato
reflexivo para cargar contra las «políticas pobres» de agitación
del vulgo, con generación artificial de conflictos y polémicas
estériles. Alarmas sociales generadas desde la trastienda política
y al calor electoral del momento, creadas probablemente por quien ha
paseado sin pena ni gloria la representación municipal de los
ciudadanos, enfrascados seguramente en otros asuntos que deben
parecerles de mayor enjundia.
Para rematar lo que digo
no hay más que leer algún texto de despedida, emocionado y
seguramente sincero, de quién fue líder opositor municipal durante
varios años, utilizando el consabido «Ciudad de Guía» en lugar
del topónimo municipal, donde probablemente debió decir Guía de
Gran Canaria o Santa María de Guía. Personalizar de esta forma, en
la capital municipal, las reflexiones sobre esfuerzos y desvelos
pasados deja entrever -probablemente- una traición del
subconsciente que evidencia graves taras de la visión ombliguista
antes denunciada de gran parte de la clase política de este
municipio. Los ciudadanos debemos levantar la voz cuando este tipo de
derivas se enquistan, incluso en una parte de la ciudadanía que
consiente con su silencio o indiferencia.
Los barrios y sus
habitantes también son municipio, son Ayuntamiento, son «Guía de
Gran Canaria».
No hay comentarios:
Publicar un comentario