En la era de la
información y de las redes sociales es más importante que nunca
estar bien informados. Nos jugamos mucho de nuestro futuro y no basta
con ser simples receptores pasivos de la información que nos brindan
los grandes medios. Se hace necesario por tanto contrastar las
informaciones con algo tan sencillo como escuchar, leer y ver
informativos de distinto signo ideológico, pero además convertirse
en buscadores activos de la información, en internet y medios. No
digo que vayamos a hacer esto con cada noticia, pero si con las que
nos afecten más directamente o al menos las de mayor trascendencia
pública. Y leer, leer mucho...
Por lo que respecta a
nuestra querida Canarias tenemos varios ejemplos de lo que digo. Hace
unos días, sin ir más lejos, un periodista -entregado a todas las
causas que salgan de las filas de determinado signo político-
atacaba de forma innecesariamente dura con el tema
petrolero-gasístico a un político canario de contrastada formación
en temas energéticos y contrario a las prospecciones, al gas y a
todo lo que no sea la vía limpia de las renovables para gestionar
nuestro futuro energético. Naturalmente fue el periodista el que
evidenció un ridículo espantoso por su majadería con el tema de
las prospecciones y el gas, a pesar de que Repsol ya había cogido
las de “Villadiego” (no sabemos si para volver) y el político
argumentó sólidamente la innecesaria y perjudicial entrada del gas
en las islas. Aún así, este tipo de informadores saben que su
mensaje puede calar muy bien en sectores de la población poco
informados sobre el tema en cuestión. Los mercenarios de la
información hacen su agosto en el río revuelto de la desinformación
política que vive muy al margen de los temas de actualidad y de la
política.