Pasa
en la vida cotidiana de los ciudadanos y pasa en la política. Es muy
difícil desmentir al mentiroso. El mentiroso es un experto
manipulador, es un trilero de la verdad. Cuando tu no has empezado a
descubrir su mentira él ya ha puesto en circulación cuatro más, y
para cuando quieras reaccionar y desmentir las otras, él ya ha
inventado otras cuarenta, todas ellas rodeadas de tanta floritura y
espectáculo -como buen manipulador- que es difícil contrarrestar
tales habilidades teatrales. Es imposible desmontar las mentiras de
un manipulador, es un trabajo baldío. Solamente tu integridad como
persona te hará dudar y contrastar antes de creer sus mentiras.
Lo
mismo sucede con la política, siempre ha sido así. Ayer me decía
un amigo que le votó a Rivera en las últimas elecciones porque le
parecía que era el que hablaba con verdad y con menos agresividad en
su discurso. Siempre ha pasado lo mismo, los políticos tratan de
embarrar el terreno de juego para que sea difícil diferenciar el
balón entre las piernas del contrario… A veces hasta les sale
bien. Recuerden: nadie lleva escrito en la frente “asesino en
serie”, o “defraudador y conseguidor de los ricos”. Pero
últimamente, con la irrupción de los violentos descerebrados de la
extrema derecha, vemos como el camión de mentiras es brutal, éstas
se van desgranando a diario de tal forma que, cuando el Gobierno u
otros partidos quieren desmentir o dejar al descubierto la
manipulación, ya han inventado y puesto en circulación cuatro o
cinco mentiras más. Por lo que los mentirosos siempre llevan la
delantera y utilizan además a determinados medios de comunicación
como altavoces que amplifican su mensaje. Es muy difícil alcanzar a
quien tiene por único objetivo el embarrar el terreno juego, puesto
que jugando limpiamente la pelota saben que no tienen oportunidad
alguna…
























