lunes, 28 de agosto de 2023

Salvemos el edificio de los Salesianos de Guía - por Erasmo Quintana

 Con este título describía Erasmo Quintana en un interesante artículo de hace ya siete años el turbio asunto que ha rodeado siempre a este establecimiento y a toda la herencia de Dña. Eusebia de Armas. Erasmo nos enseña en este texto apenas la punta de iceberg de lo que amenaza con convertirse en un monstruo de impredecibles consecuencias. La herencia de esta buena mujer ha generado polémica desde antes incluso de su fallecimiento.

El Sr. Alcalde y todo su séquito municipal siguen empeñados en sacar adelante este "negocio redondo para el Obispado" y otros intermediarios...

Algunos políticos, instituciones y plataformas siguen tomando a los ciudadanos de de Guía por tontos.

*Continuará...

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Salvemos el edificio de los Salesianos de Guía - por Erasmo Quintana

El estado tan lamentable que presenta el antiguo Colegio de María Auxiliadora, popularmente conocido como Colegio de los Salesianos, ha saltado a la palestra una vez más, sin que la parte propietaria, la Diócesis de Canarias, aparezca por ninguna parte. Esta edificación fue obra de la benefactora de Guía, Dña. Eusebia de Armas Almeida, ubicada en la vía que une el casco histórico con el populoso barrio de La Atalaya. Dña. Eusebia era viuda del general de la Guardia Civil, Ignacio López de Agayar, muerto en el levantamiento militar de 1936.

No tuvo hijos ni descendencia directa, por lo que todos sus bienes y pertenencias: el propio edificio del colegio; extensas fincas de plataneras en producción; acciones de agua; joyas; acciones en Iberduero, etc., quería donarlas, mediante testamento, a la Congregación Salesiana de Don Bosco. La Diócesis de Canarias, según D. Guillermo Navarro González, sacerdote y exprofesor salesiano de 90 años, valiéndose del abogado de Dña. Eusebia, D. Antonio Limiñana, que a su vez lo era también del Obispado, pudo convencerla para que el testamento lo hiciera a favor de la Diócesis de Canarias, con el peregrino argumento de que podía haber un nuevo Mendizábal que, como en 1835, desamortizase estos bienes a las órdenes religiosas, cosa que no ocurriría si pertenecen al Obispado, prometiéndole que “todo lo que rente su fortuna sería para el sostenimiento de su colegio”. A todo esto, en 1955 la generosa dama guíense sufría una hemiplejia y perdió el habla. Moriría cinco años después, en su domicilio de Guía. Sus restos descansan junto a los de su esposo en una cripta bajo el altar de la Iglesia del mismo colegio de los Salesianos.

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