lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia machista con/sin redes, por Enrique Bethencourt

Apenas unas semanas antes de la celebración del Día Internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres conocíamos algunos datos terribles sobre la reproducción de los comportamientos machistas entre los jóvenes. En esta ocasión sobre el uso de las redes y los móviles para controlar y presionar a las chicas por parte de sus novios.

En efecto, el estudio realizado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, concluía que seis de cada diez chicas reciben mensajes -a través de Whatsapp, Tuenti o llamadas de móvil- con insultos por parte de su entorno, sus novios, ex-parejas y amigos de su pandilla. El 10% de las jóvenes manifiesta haber sentido miedo por esos mensajes. Una de cada cuatro chicas afirma que su novio o exnovio la controla a través del móvil. El 23,2% revela que su pareja la ha tratado de aislar de su círculo de amistades.
El pasado mes de junio un informe de la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) alertaba sobre el incremento de los casos de violencia de género entre menores. El mismo apuntaba un aumento de 17% en 2012 en relación con 2011 de llamadas a esta asociación por parte de menores que sufrían la violencia de género en su entorno o por su pareja. Destaca, por otra parte, que los malos tratos aparecen a edades cada vez más tempranas: un 58,9% de las llamadas eran de chicas de 17 años, un 19,1% de 16 años y un 12% de niñas de 13 a 14 años de edad, lo que confirma, además, el inicio cada vez más temprano de las relaciones.
Sumisas
El machismo sigue presente en la sociedad. A lo que contribuyen eficazmente instituciones misóginas que no sólo marginan a las mujeres en su seno, sino que las invitan a ser sumisas, a aguantar lo que les venga encima por parte de sus novios o maridos.
Las redes sociales no iban a quedar al margen de la actuación de los machistas, facilitándoles la tecnología su perverso control sobre los movimientos y el mundo relacional de las chicas, que tratan de limitar.
Lo hacen en muchas ocasiones bajo el enmascaramiento del amor (“si tiene celos, si me controla, es muestra de que me quiere”, piensan y verbalizan muchas menores), cuando en realidad se trata de comportamientos posesivos que sustituyen el amor por la cosificación de las mujeres, a las que tratan como un objeto de propiedad más sobre el que, consideran, le asisten todos los derechos. Primero puede ser el control de la forma de vestir o de las amistades, pero esa violencia psicológica, ya de por sí intolerable, puede ser la antesala de otras formas de violencia.
Milenaria lacra
Puede resultar difícil de entender que pese a los avances legislativos y en igualdad efectiva entre hombres y mujeres de las últimas décadas, pese a la masiva incorporación de mujeres a todos los ámbitos sociales, los jóvenes reproduzcan los modelos machistas de comportamiento.
Superar una lacra milenaria, como la del patriarcado y sus consecuencias, no es tarea sencilla. Debemos afrontarlo desde la educación, los medios de comunicación, la familia y el conjunto de la sociedad.
Y, considero, con el papel activo de los hombres, que no podemos permanecer al margen ante la perpetuación de una situación injusta, que vulnera los derechos humanos al dañar gravemente la libertad, la dignidad, la salud y la vida de las mujeres. Contribuir a desmantelar las visibles e invisibles redes del machismo también es una tarea que nos concierne a nosotros.
————-Puede seguirme también en Twitter: @EnriqueBeth
John Lennon: ‘Woman is The Nigger of The World’

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