Todos
conocemos, aunque sea de forma elemental, que la construcción de
toda edificación que se pretenda robusta y duradera requiere de la
ejecución de unos cimientos sólidos. Tal es así que en las
modernas construcciones, los propios arquitectos, conocedores de la
trascendencia de estos elementos para la estabilidad de su obra,
dejan la ejecución de los proyectos de cimentación y estructuras en
manos de los ingenieros, más especializados en la resistencia de los
materiales y en la distribución de fuerzas. Sin embargo, el diseño
de los cimientos de la educación, es decir, todo lo concerniente a
temarios y contenidos no recaen en los maestros, en los profesionales
de la educación como sería lógico pensar, sino en retorcidas
tendencias políticas que, legislatura tras legislatura, juegan a
adoctrinar a los alumnos de la educación pública o a ajustar sus
presupuestos en base a recortes en educación. Mientras tanto, ellos
llevan a sus hijos a “selectos” colegios de pago.
REPSOL, y la industria petrolera en general,se benefician de la vertiginosa rapidez con que se suceden los titulares de prensa, la competencia entre las noticias para situarse en primera página y la dificultad para permanecer en la misma. Por ello existe una falsa percepción de seguridad, mientras la realidad es otra.