Cada uno es libre de pensar o
decir lo que considere oportuno, faltaría más, pero me sorprende comprobar que
personas que nunca se interesan por la actualidad política, de buenas a
primeras se revisten de “autoridad en la materia” y se lancen sin recato ni
mesura al contubernio político. Insisto, están en su derecho, pero se parece
más a opinión prestada que a reflexión propia, especialmente cuando se trata de
cartelitos o fotos prefabricadas.
Es bueno que cada vez más personas
se interesen por los asuntos de la política, ya que nos va nuestro futuro en
ello, pero hacer una mala elección puede llevarnos a perder los derechos que
tantos años costó conseguir a la clase trabajadora, porque eso es lo que somos
la inmensa mayoría de este país, TRABAJADORES (incluidos los autónomos y pequeños
empresarios).
Lógicamente los intereses de las
clases adineradas no tienen nada que ver con los de los trabajadores, más bien
son antagonistas. A las clases adineradas y sus vinculaciones con la política
sólo les interesa lo suyo, pero claro, siendo una minoría necesita vender al
“populacho” un motivo o mensaje político que puedan hacer propio los trabajadores, y que al mismo tiempo
sirva de vehículo catalizador a los partidos políticos que la representan y
velan por su interés. La patria, la bandera, la raza, la religión, la seguridad
o algún hipotético enemigo común, son sólo algunas de las argucias empleadas
con fijeza por los voceros (prensa) y representantes de los intereses de las
clases pudientes (políticos).
El 10% más rico de la población
española concentra más riqueza que todo el 90% restante, por lo que lógicamente
necesita ampliar la base de su pirámide electoral para recibir los apoyos - y
por consiguiente el gobierno- que garanticen la aplicación de las leyes y
medidas políticas que les favorezcan.
Recomiendo, aconsejo y sugiero
contrastar las informaciones que fluyen por los medios de comunicación que se
han convertido en altavoces de ese 10% antes citado -la mayoría de ellos- con
los medios de comunicación que más se acercan a la realidad de las cosas, al
menos la realidad que favorece al 90% mayoritario en la sociedad, minoritario
en derechos sociales y atención gubernamental. También es altamente
recomendable despojarse de prejuicios, implantados por los mismos medios y
canales conservadores, y acercarnos a la fuente primaria (los políticos que
dicen representarnos), bebiendo el mensaje sin contaminar y sin
interpretaciones. Luego, que cada uno tome sus decisiones.
La ingenuidad no debe llevarnos a
pensar que, un político que dice representar a los trabajadores no pueda
corromperse, por lo que habrá que estar vigilantes para verificar que lo que
pregona defender lo vota en los parlamentos. Un político que vota lo contrario de
lo que dice defender no es de fiar, por más que luego intente justificarlo.
Para conseguir ese grado de control por parte de los ciudadanos no queda más
alternativa que estar informados, algo nada fácil en esta jungla de mentiras en
que se ha convertido España. La política canaria es sin duda un alumno
aventajado en retorcer la verdad de espaldas a los ciudadanos y siempre en
beneficio de los mismos.
Atacar públicamente a los que
prometen aplicar políticas a priori beneficiosas con el común de los
trabajadores suena al menos poco inteligente, especialmente si uno no pertenece
a ese 10% privilegiado.
https://www.eldiario.es/economia/trabajador-salario-Espana-necesitaria-igualar_0_732126820.html