sábado, 8 de diciembre de 2012

EL GRAN WYOMING: la entrevista

El Gran Wyoming: "Hay un coliseo mediático para ocultar lo que está pasando"


  • Cada noche capitanea ‘El Intermedio’, que está batiendo récords de audiencia.
  • El presentador no teme las represalias, aunque reconoce que "a veces es complicado", y desmiente que deba nada a Hacienda.
  • Asegura que si no fuera por sus hijos, probablemente se marcharía a otro país porque hay cosas que se le hacen "absolutamente insoportables".

"Ya conocen las noticias. Ahora, les contaremos la verdad". Así arranca el Gran Wyoming cada día en El Intermedio, un programa que analiza la actualidad desde un punto de vista ácido, cínico y contundente.

¿No los hay por miedo, quizás?
'El Intermedio' está  batiendo récords de audiencia, y subiendo, ¿a qué cree que se debe?

Creo que es una mezcla de varias cosas: la cosecha de un trabajo de mucho tiempo, el descontento social y que la gente busca programas de contenidos que le den cierta credibilidad. Damos por hecho cosas que no son admisibles en una democracia. La maniobra del Gobierno con la televisión pública es algo que en Europa no se consiente: todos los que no son ‘adictos’ al Gobierno, a la calle. No existen espacios críticos en toda la televisión pública, es ridículo. Por eso los programas críticos se convierten en referencia. Debería haber veinte comoEl Intermedio.
No, por orden de la autoridad competente. La gente no tiene miedo, la echan a la calle. El problema es el desprecio: lejos de felicitarles por haber multiplicado la audiencia, no tuvieron la deferencia de avisarles de que se iban a quedar sin trabajo, simplemente no les renovaron el contrato. Así es el autoritarismo, el despotismo, sin más. Y el 80% de la gente que echaron a la calle de Radio Nacional era de centro, trabajaba para los ciudadanos. Es lo mismo que ocurre en Telemadrid: llevamos años y años pagando el órgano de propaganda de un partido, o más bien, de una señora. Es horrible. 
La libertad de información no es real, ni la libertad de expresión¿Y qué ocurre con las cadenas privadas?
Ocurre que la libertad de información no es real, ni la libertad de expresión, que significa que uno puede dar su opinión sin consecuencias. Y en España las tiene, y muy duras, eso es una vergüenza. Por eso tampoco tenemos una democracia real.
¿Le anima ver que la gente le está respaldado con la audiencia?
Totalmente, me alegro por el equipo y por el programa, donde solo soy el presentador, no decido sobre los contenidos ni sobre los guiones. Pero también me alegro porque se crea una relación afectiva con la audiencia muy importante. Estos programas con contenido son más difíciles de instaurar en la parrilla, pero una vez que se han posicionado siguen creciendo.
¿No tiene ningún peso en los guiones?
Yo suscribo la línea editorial, eso sí, parece un programa hecho a mi medida, y la gente lo identifica mucho conmigo, pero en realidad solo soy el presentador. Pero nos entendemos, y a veces discutimos cosas. 
La democracia está totalmente deteriorada, se está hundiendo desde arriba¿Por qué siente ese impulso de luchar contra la injusticia?
Este es un país que me duele, como decía Unamuno. Haber llegado a esta situación es algo premeditado y estratégico. La democracia está totalmente deteriorada, se está hundiendo desde arriba, con un latrocinio generalizado. El mapa de corrupción de España es absolutamente impresentable. Todas las comunidades de España tienen problemas de corrupción y los municipios se cuentan por cientos y cientos. Cuando se habla de la imagen de España, diciendo que las manifestaciones y las huelgas hacen daño… No sé si es que el cinismo ya no les cabe: un hecho que yo constato cada vez que salgo de este país, es que este es un país de mangantes.
¿Cómo se podría solucionar?
Aquí la justicia tiene que echarnos una mano a la ciudadanía, tiene que poner orden. No es de recibo que una red como el caso Gürtel, en el que hay decenas de miles de folios de fechorías, lo único que se haya saldado es con la expulsión de la carrera judicial de la persona que ha investigado esa trama. Pasamos por alto muchas cosas. Somos el único país en el que los partidos se financian ilegalmente. Yo por supuesto me indigno y siempre que tengamos una ventana para contarlo, lo vamos a contar. 

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