jueves, 5 de septiembre de 2013

UN RESPETO PARA NUESTROS MUERTOS

Al hilo de las últimas noticias referidas al tráfico de huesos en torno al cementerio de La Atalaya y que tiene a todos los vecinos del norte muy preocupados, constatamos el poco interés mostrado hasta la fecha por nuestras autoridades municipales en este enclave de culto y respeto. Quizás este abandono institucional, que se evidencia con más intensidad en su falta de inversiones, sea el origen de los polvos que ahora originan estos lodos, magnificados en este caso por los medios de comunicación nacionales.

Según parece, ahora todo el mundo sabía o había oído historias en torno al “trapicheo” oseo en el cementerio de La Atalaya, todos menos el Ayuntamiento. Incluso sale a relucir en los medios un episodio parecido de hace diez años al que parece ser nadie dio la importancia debida.


El caso es realmente grave e intranquilizador, pero serán las autoridades judiciales las que pondrán negro sobre blanco en este asunto a la finalización de las investigaciones que parece ser se están llevando a cabo para esclarecer los hechos.

Triste es que tengamos que ser noticia nacional por algo tan escabroso, pero al margen de lo anterior, las autoridades municipales deben revisar los procedimientos y control del personal dedicados a tareas municipales altamente sensibles para la población como lo es el cuidado, control y vigilancia del camposanto. Es vox pópuli que muchas personas tenían llaves del cementerio y que entraban y salían a su antojo, algo evidentemente incompatible con la vigilancia y respeto debido a los que allí descansan.

Es lógico pensar que por parte del Concejal Delegado y del propio Alcalde -como máximo responsable-, no se estaba ejerciendo el control debido sobre el cementerio. Igualmente, me parece que es una ocasión de oro para revisar los planes de mantenimiento e inversiones de este camposanto, del que la propia Asociación de Vecinos de La Atalaya ha reivindicado durante años actuaciones y mejoras de evidente necesidad, de las que el Grupo de Gobierno con su Alcalde a la cabeza no se han hecho eco.

Lo menos que podemos pedir al Ayuntamiento de Santa María de Guía y a los funcionarios encargados de la atención al cementerio es UN RESPETO A NUESTROS MUERTOS, a fin de cuentas ese será nuestro último destino (aunque algunos no se lo crean).

Paco Vega.-


No hay comentarios:

Publicar un comentario