Escribo esto en el día que se celebra la Fiesta Nacional de un país cuyo gobierno no respeta a Canarias... Y como botón de muestra, habrá que referirse a lo que ocurre con el tema de las Prospecciones Petrolíferas... A pesar de lo que está sucediendo con la Plataforma Castor -que demuestra el escaso valor de los informes oficiales previos a su puesta en marcha-, de los testimonios sobre los riesgos medioambientales que han manifestado grupos ecologistas, plataformas científicas de todo tipo en España y el extranjero, instituciones europeas y la rotunda oposición de la práctica totalidad de la ciudadanía y las instituciones canarias; el Ministerio de Industria (y por extensión, el Gobierno de la Nación), sigue adelante con la puesta en marcha de las prospecciones, haciendo suyos los resultados de los estudios sobre posibles riesgos medioambientales que ha presentado la multinacional petrolera.
Una actitud realmente sorprendente, cuando leemos la valoración que al propio Gobierno de Canarias le suponen, pues de manera rotunda argumenta que ‘no cumplen con el objetivo de que la población pueda conocer los posibles riesgos de las prospecciones y las medidas a adoptar para evitarlos’ Añada asimismo que ‘La documentación entregada por Repsol y asumida como propia por el Ministerio de Industria obvia aspectos legales fundamentales, fruto de la actuación precipitada de la petrolera por obtener los permisos’. Y finaliza diciendo que ‘presentan carencias, contradicciones y ambigüedades que los hacen inútiles para su finalidad y los relegan a una mera guía de evaluación de prospecciones petrolíferas’. Desde esa perspectiva, ‘su grado de indefinición no resulta propio de una herramienta de prevención, ya que no determina de manera precisa ni completa los eventuales impactos derivados de la actividad’.
Más claro el agua, los que así se han manifestado no son un grupo de radicales ecologistas, sino que nos estamos refiriendo a la valoración oficial presentada por el Gobierno de Canarias, que se suma a las más de diez mil alegaciones presentadas al mencionado estudio medioambiental de Repsol. El Partido Popular se ha quedado sólo en las islas amparando lo indefendible, cuando hace exactamente lo contrario en Baleares para una situación parecida, lo que provoca aún más indignación de los ciudadanos canarios.
La extracción de petróleo cerca de las islas más orientales del Archipiélago en estas condiciones de inseguridad supone un desvarío, que sólo vela por los intereses económicos de una multinacional. Un vertido de petróleo supondría gravísimas implicaciones para el abastecimiento de agua potable, que recordemos en estas islas proviene casi totalmente de la desalación de agua marina. Asimismo daría un golpe mortal al riquísimo medio marino canario y, por ende, a dos actividades fundamentales para la economía isleña, como son el turismo y la pesca en espacios que han sido declarados Reservas de la Biosfera. Y lo que resulta del todo inaceptable es que se está acometiendo un atentado contra la soberanía de los ciudadanos de estas islas, al mismo tiempo que se ningunea a sus instituciones.
Hoy no hay fiesta alguna que celebrar... Y si las prospecciones salen adelante van a suponer un antes y un después en las relaciones de Canarias con el resto del estado, al futuro me remito. A estas alturas es inaceptable una política de tinte colonialista que atenta contra nuestros intereses. Lo más frustrante es que sea un canario el abanderado que la lleva adelante. El ministro Soria debería ser nombrado Persona Non Grata en las islas.
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