Me hago la pregunta y me imagino que estos días se la están haciendo muchos docentes, estudiantes y familias ante la convocatoria de huelga general de todo el sistema educativo, desde la Infantil y Primaria a la Universidad, que se desarrollará el próximo 24 de octubre, aunque colectivos estudiantiles la extienden al 22 y 23.
Se trata de la segunda huelga de 2013, que se produce apenas dos semanas después de la aprobación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en el Congreso de los Diputados con los votos exclusivos del PP y la ayuda en su empeoramiento de UPyD, que logró colar algunas enmiendas acordes con su centralismo ramplón.
En estas últimas semanas he tenido la oportunidad de hablar sobre el tema con docentes de diversos niveles educativos, sindicalistas del sector, integrantes de asociaciones de padres y madres de alumnos y, en general, con ciudadanos y ciudadanas preocupados por la educación.
La inmensa mayoría coincide en la gravedad del momento que vive la educación pública en el Estado español. Casi todos repudian los recortes educativos, estatales y autonómicos, la subida de las tasas en los estudios universitarios o la práctica eliminación de las ayudas a la adquisición de los libros de texto.
Y entienden, asimismo, que la nueva ley, la LOMCE o la Ley Wert, como también es conocida, no ha sido debatida con las comunidades educativas y esmayoritariamente rechazada.
Además de que va a suponer un serio retroceso por sus profundos perfiles privatizadores, la eliminación de la democracia en los centros escolares, el decidido apoyo a la segregación por sexos o la reducción de las oportunidadesde crecer en el sistema educativo para los que cuentan con menos recursos socioculturales de partida.
Derogar LOMCE
Consuela pensar el compromiso de la inmensa mayoría de la oposición (salvo UPyD, no lo olvidemos) de derogar la LOMCE si se produce un cambio político en el próximo período. Pero eso no deja de ser una hipótesis de trabajo (las encuestas de momento no apuntan a la inmediatez de ese cambio) y el daño a la Educación de estos últimos años, rematado con esta muy conservadora ley, constituye una realidad que no se arreglará fácilmente.
Dicho lo anterior, también he sondeado estas semanas sobre cuál va a ser el nivel de respuesta a la convocatoria de huelga en mi Comunidad, en Canarias. Y la conclusión que saco es que la misma contará, en el mejor de los casos, con el apoyo de, aproximadamente, el 10% de los docentes en la enseñanza no universitaria, porcentaje que no creo que se corresponda con el de los que rechazan la LOMCE y los recortes.
Es decir, un dato inferior a la convocatoria precedente, la de mayo, que fue secundada por un 15% en las Islas (lo analicé en ‘LOMCE, ¿Ahora quért?’ http://wp.me/p1SYpM-jY). Será mucho mayor, como ocurrió en mayo, la participación en las manifestaciones de la tarde del 24 de octubre, en la que estaremos familias y alumnado, junto a docentes huelguistas o no.
Me llama la atención, además, que distintos interlocutores me destaquen el enfado de una parte significativa de los docentes por la realización de una convocatoria de estas características sin contar en ningún momento con la opinión de maestros y profesores. No parece de recibo que no se haya consultado a los enseñantes y barajado distintas alternativas de protesta y movilización.
Apoyo estudiantil
Esto no quiere decir que la actividad lectiva vaya a ser normal en esa fecha.En gran medida va a depender, como ocurrió en mayo, del menor o mayor apoyo estudiantil. Y hay que decirlo, una parte, muy valiosa, lo será por consciente convencimiento del rechazo a las pésimas políticas educativas y sus consecuencias en las jóvenes generaciones, en su presente y, sobre todo, en su futuro; otra, por convertir la jornada en un día festivo sobrevenido.
Si no hay condiciones para el triunfo de una movilización de este tipo, y no las hay (al menos en Canarias, aunque por lo que leo en las redes sociales lo mismo ocurre en otros lugares) no hay que quemar a la gente (y pienso, especialmente, en esa minoría consciente e infatigable que verá, una vez más, recortados sus sueldos, frente a las excusas varias, la acomodación o la despolitización de la mayoría) y plantear otras alternativas que hagan visible la protesta, logrando mayores apoyos entre los docentes, en el resto de actores educativos y en el conjunto de la sociedad.
Sé de las enormes dificultades que atraviesa lo poco que se mueve frente a la brutal ofensiva neoliberal en marcha, que está arrasando con derechos y libertades y empobreciendo a una parte significativa d la población, sin y con empleo; pero creo que es imprescindible sondear otras formas de reivindicación, concienciación y protesta.
Me preocupa, especialmente, que la movilización del 24-O no suponga un verdadero avance en la conciencia sobre la grave situación de la educación pública ni una extensión del conocimiento de la LOMCE y sus efectos negativos entre los distintos sectores del mundo educativo. A sabiendas, claro, de que la batalla contra la LOMCE y las actuales y nefastas políticas educativas tendrá un largo y duro recorrido.
——–Puede seguirme también en Twitter: @EnriqueBeth
Barricada: ‘La tierra está sorda-los maestros 05’
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