El
descalce de la cimentación de una pila de uno de los viaductos de la
GC-2 no parece ser un tema menor como algunos intentan disfrazar, por
lo que esta noticia ha corrido como la pólvora por las redes
sociales, teniendo en cuenta la lógica preocupación generada entre
los usuarios de esta vía de reciente construcción.
Y
es que hay que recordar que esta obra se recepcionó en 2012, con
tres años de retraso y un 20% de encarecimiento sobre lo
presupuestado inicialmente, sometiendo a todos los automovilistas a
un auténtico maltrato, debido a los citados retrasos, cortes de
tráfico continuos
-sin
aviso previo- y sin apenas señalización y multitud de incidencias
que nos vimos obligados a soportar sin que a nadie pareciera
importarle. Las caravanas interminables y los miles de euros gastados
en esas retenciones son ahora sólo un mal sueño, pero hay que tener
memoria. La iluminación de
esta misma vía no se puso en
funcionamiento hasta el 2014. Y ahora que parecían
haberse
resuelto todos los problemas
nos despertamos
con esta inquietante noticia.
Esta
es una gran
obra de ingeniería que todos suponíamos a
la altura de su envergadura,
confiando
por tanto en que la
misma
había
sido realizada
con los máximos
requisitos
técnicos y
de calidad, necesarios
para soportar el paso del tiempo, como
no puede ser de otra manera. A
nadie se le pasó
por la cabeza otra cosa. Sin
embargo ahora
nos encontramos con esta
incidencia por
el descalce de un pilar a
los pocos años de su inauguración,
por
lo que las dudas sobre lo ejecutado empiezan a sobrevolar la cabeza
de los sufridos automovilistas del norte.
Es
lógico
pensar
que,
las exigencias de la cimentación deben ser mayores en los terrenos
inestables, como es el caso,
algo que a la vista de los resultados no sé si se ha tenido en
cuenta.
La zona tampoco es lugar de escorrentías, pero de haberlo sido las
exigencias de la cimentación serían
aún mayores, algo que debe constar en el proyecto de construcción
de la obra y de cada pilar. Cualquier
obra de ingeniería civil necesita obligatoriamente un estudio
geotécnico y topográfico del terreno antes de mover una sola
piedra, por lo tanto resulta sorprendente este descalzamiento en una
obra reciente, lo que no ha ocurrido en cuarenta años con sus
puentes hermanos de la misma vía.
La
reparación de la “incidencia” ya está presupuestada y
adjudicada, por lo que en principio -salvo agravamiento del descalce-
no parece haber motivos para la alarma ni para cortar la circulación
de la vía.